Los vecinos de la comara leonesa de Cabrera veían este algo no demasiado habitual, un incendio en pleno mes de enero. Poco tenía que ver, eso sí, con el primero del año en la provincia en este 2025, curiosamente en el entorno de la localidad más alta de la provincia, La Cueta, en Babia, porque mientras allí aún se investigan los motivos de un incendio que se sospecha intencionado, el del entorno de Truchas también lo es pero con otro propósito, el de tener que lamentar males mayores en el verano.
Unas 13 hectáreas ardían de forma intencionada y controlada prácticamente al centímetro por parte de los Agentes Medioambientales de la Junta de Castilla y León así como la Brigada de Refuerzo en Incendios Forestales con base en Tabuyo del Monte, una actuación agendada y con el claro objetivo de proteger una importante masa de pinos cercana de gran valor medioambiental.
Quemar hoy para no tener que apagarmañana en una actuación que sirve además como entrenamiento para los profesionales que, si llegan, serán los encargados de apagar los incendios que por costumbre afectan a la provincia con la llegada del calor.
¿Cómo se protege un área quemando una contigua?Cabe señalar que la masa vegetal no deja de ser combustible en un incendio, por lo que selecionando áreas cercanas a otras de más valor o que por las especies que las habitan son especialmente vulnerables a la hora de propagar un incendio, se pueden reducir las probabilidades de que un potencial fuego arrase muchas más hectáreas.
Y es que el cuidado del monte es uno de los principales métodos de prevención de incendios y una de las habituales críticas de los que los frecuentan cuando sucede una catástrofe medioambiental de las que, lamentablente, la provincia sabe mucho.