El consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, reclamó este martes “duplicar la superficie” de regadío en Castilla y León, para pasar de “las 450.000 hectáreas actuales a cerca de un millón”, lo que supondría, “el 20 por ciento de la superficie cultivable, que son 5,3 millones de hectáreas”. No obstante, señaló que esto “conlleva y exige un compromiso por parte del Gobierno de España y muchos compromisos por parte de todos los agentes intervinientes en la cuestión”.
En el caso concreto de la provincia de León, el regadío supone el 33 por ciento de la superficie cultivable, con 125.000 hectáreas de las 330.000 existentes, lo que “da muestra la importancia que tiene”, aunque “está en crecimiento” con proyectos de regadío en la Ribera Alta del Porma y el Canal Bajo del Páramo, lo que supone hablar de otras 12.000 hectáreas a añadir a las existentes “con inversiones que están cerca de los 200 millones de euros”. Tras la provincia leonesa se encuentra Valladolid, con 105.000 hectáreas y Palencia con 60.000.
Así lo apuntó este martes el titular de Medio Ambiente en la localidad leonesa de Hospital de Órbigo con motivo de la inauguración de las X Jornadas de Formación para Comunidades de Regantes de la Asociación Ferduero, unas jornadas “importantes” para profesionales -gestores, administradores, gerentes o técnicos- sobre aspectos jurídicos y técnicos del manejo de una confederación de regantes, que supone “una estructura de solidaridad de los agricultores para obtener unos beneficios y objetivos comunes con el mejor uso de los recursos disponibles”. Y más relevantes aún tras “tres años de cierta sequía y con niveles de aportación hídrica más bajos de la media”.
Para Juan Carlos Suárez-Quiñones, las Comunidades de Regantes se enfrentan en estos momentos a tres problemas. El primero de ellos apunta al coste de las infraestructuras, para lo que “tiene que haber una suma de Estado, Comunidad Autónoma y regantes”. En este sentido, resaltó que la Junta “siempre ha estado ahí aportando financiación a fondo perdido” con “implicación y compromiso tanto en las infraestructuras como en su coste”.
En segundo lugar, el consejero señaló el coste de producción con la energía como “una cuestión preocupante”, para lo que la Consejería de Agricultura “cuenta con sistemas de autoconsumo fotovoltaico para 80.000 hectáreas”, aunque “se sigue trabajando en ese aspecto”. Un coste que “preocupa” de manera particular en el Páramo porque la Confederación Hidrográfica “se lo pasa ahora a la Comunidad de Regantes a pesar de que desde 1995 no se hacía”, por lo que “las administraciones, el Estado y la CHD tiene que comprometerse y solucionar el problema”.
El tercer problema destacado por Suárez-Quiñones es el agua, para lo que insistió en la reclamación de “una mayor capacidad de regulación y almacenamiento” que permita almacenar más agua y así “garantizar el riego y su expansión en el futuro”. En este sentido, avanzó la próxima entrada en servicio del embalse de Villagatón, en la provincia de León, lo que permitirá que este mismo año “se utilice para embalsar y regar”.