Julio Marugán, histórico jefe de estación de Busdongo, su pueblo, cuando acudía gente preguntando si era cierto que allí había nacido el creador del imperio Zara o los chavales del colegio de Villamanín visitaban la estación para que les explicara su importancia histórica les decía siempre lo mismo: "Quien se dice que vivió y trabajó aquí es el ingeniero que hizo la torre Eiffel de París; que se apellidaba así, Eiffel".
Aquello era algo que los chavales escuchaban y difundían, en la comarca (y en la vertiente asturiana aún más) se hablaba de la obra de Eiffel en la ahora famosa —y controvertida, por su futuro incierto— rampa de Pajares, que corre peligro con la puesta en marcha de la Variante.
Pero la leyenda urbana dejó de serlo para convertirse en realidad documentada cuando en la Biblioteca Ramón Pérez de Ayala, de Oviedo, aparecieron documentos que certificaban la veracidad de lo que su directora recordaba que "se suponía que había colaborado en la infraestructura de la llamada rampa de Pajares y, en especial, en la realización del proyecto del Puente de Parana, finalizado entre 1883 y 1884", avalado por una memoria de cálculos de la obra que firmaba G. Eiffel y que, al ser todavía un desconocido el ingeniero, provocó un malentendido, pues se escribió que el puente "es obra de la casa Giffel".
Pero entre los 17.000 legajos que el asturiano Luis Mª Fernández Canteli cedió a la citada biblioteca en el año 2000 se encontraban once planos y una minuciosa memoria descriptiva del viaducto de Parana firmados con los sellos entintados de ‘G. Eiffel, constructeur’.
Las averiguaciones de los estudiosos asturianos no confirman las ‘sospechas’ de Marugán de que pudiera haber vivido en Busdongo pues, señalan, que "pudo haber vivido en una casona solariega de Malveo".
Lo que es una evidencia es que la rampa de Pajares también fue rampa de lanzamiento de Gustav Eiffel.