En una rueda de prensa telemática y conjunta con el presidente del Consejo de Administración de Renault, Jean-Dominique Senard en la sede de Renault en Boulogne-Billancourt, cerca de París, Delbos subrayó que aún era pronto para ofrecer el reparto de la disminución de efectivos por países. "A partir de ahora estudiamos la eficiencia del grupo en el mundo. Consideramos todas las factorías y todas las regiones para que cada uno permita reencontrar la talla ideal de la empresa y recuperar la competitividad", aseveró, según declaraciones recogidas por la Agencia Ical. El recorte de plantilla afectará a más del 8 por ciento del total de 180.000 empleados de la marca del rombo.
De momento, hoy solo se anunció el cierre en 2022 de la planta francesa de Choisy-le-Roi de las 14 plantas existentes en el país vecino, como parte del plan de ajuste, además de la "suspensión" de los proyectos para aumentar la capacidad prevista en Marruecos y Rumanía y el estudio de la adaptación de las capacidades de producción del Grupo en Rusia. Además, el plan contempla la transferencia de la participación del Grupo Renault en Dongfeng Renault Automotive Company Ltd (DRAC) en China a Dongfeng Motor Corporation y el cese de las actividades de vehículos pharticulares bajo la marca Renault en el mercado chino. En Francia, también se habló de la "reflexión" sobre la reconversión de la planta de Dieppe, al final de la producción del Alpine A110 así como la "revisión estratégica" de la Fundición de Bretaña.
En cuanto al resto de factorías y países, la directora general interina de Renault precisó que las decisiones sobre la producción y los modelos serán anunciadas cuando se vayan adoptando. Eso sí, dejó claro que el objetivo del plan es la reducción de los costes estructurales, enmarcado en una economía global y coherente, y no el cierre de fábricas. Ambos declararon que el plan estratégico estará liderado por el nuevo director gerente del Grupo Renault, que deberá presentar su "visión", con los detalles, entre finales de este año y principios de 2021.
Las dificultades encontradas por el Grupo -después de entrar en números rojos en 2019 por primera vez desde 2009 al registrar unas pérdidas netas de 141 millones de euros, frente a los 3.302 millones de beneficio que obtuvo en 2018, por la escasa contribución de sus socios chinos y Daimler, pero sobre todo de Nissan-; la gran crisis a la cual se enfrenta la industria automovilística generada por la pandemia del COVID-19 y las urgencias vinculadas a la transición ecológica han obligado a la compañía a "acelerar" su transformación. De ahí, el anuncio de un enfoque más eficiente de las actividades operativas y la gestión rigurosa de los recursos.
Renault contempla un reajuste de la producción, al pasar de los cuatro millones de vehículos en 2019 a 3,3 millones en 2024 cuando la previsión era fabricar más de cinco millones en 2022. De este modo, se prevé una caída de la producción del 10 por ciento en los próximos tres años y del 20 por ciento entre 2020 y 2024.
El ahorro de los 2.000 millones de euros en los próximos tres años se repartirá entre la mejora de la eficiencia y reducción de costes de ingeniería, al beneficiarse de los activos reforzados de la Alianza (800 millones), la optimización de medios industriales (650 millones) y la mayor eficiencia de las funciones de soporte (700 millones).
Los responsables del Grupo Renault hicieron hincapié en la apuesta de la marca para centralizar en Francia el vehículo utilitario pero, sobre todo, la producción de los modelos eléctricos al igual que sus motores, en concreto el nuevo motor eléctrico de 100 kilovatios. En la actualidad, la factoría de Valladolid produce el 40 por ciento de los motores del grupo, todos ellos térmicos, ya sean de gasolina o diésel. La estrategia del coche eléctrico, precisó Senard, se enmarca en la economía circular y la innovación con alto valor añadido.
Una nota de prensa incidía en este asunto al recoger que en Francia estará organizado en torno a las áreas de negocio estratégicas de futuro como vehículos eléctricos, vehículos comerciales, economía circular e innovación con alto valor añadido. "Estos importantes centros regionales de excelencia, con sede en Francia, constituirán el núcleo de la reconquista del Grupo", precisó.
El presidente del Consejo de Administración de Renault apuntó que el ajuste de plantilla se hará sin un "sufrimiento social", según recogió Ical, al prometer un "diálogo ejemplar" con los interlocutores sociales y las autoridades locales afectadas por estas reducciones de empleos. Descartó hablar de despidos al referirse a las medidas de reconversión, movilidad interna y salidas voluntarias.
"Decisiones difíciles"
En todo caso, reconoció que el Grupo Renault tiene la responsabilidad de tomar "decisiones difíciles". No en vano, se refirió a que en un contexto de incertidumbre y complejidad, el proyecto de reestructuración es "vital" para garantizar un rendimiento "sólido" y "sostenible", con la satisfacción de sus clientes como prioridad. En el mismo sentido, se pronunció Clotilde Delbos, quien defendió la necesidad de generar economías de escala con el objetivo de restaurar la rentabilidad global de la compañía y asegurar el desarrollo en Francia y a escala internacional. "Este proyecto debe permitirnos, a término, volver a lo básico y sentar unas bases sólidas para mirar al futuro con confianza", significó. Hasta el punto de que habló de que el plan de ahorra persigue lograr un rendimiento "saludable" y "resistente".
Senard no ocultó los problemas por los que atraviesa la empresa al manifestar que los cambios proyectados son "fundamentales" para garantizar la sostenibilidad de la empresa y su desarrollo a largo plazo. "De manera colectiva y con el apoyo de nuestros socios de la Alianza, conseguiremos hacer que el Grupo Renault sea un actor importante en la industria automovilística en los próximos años", subrayó.
Descartada la recapitalización
La rueda de prensa telemática también sirvió para abordar los créditos que tiene previsto el Grupo Renault. La directora general interina de Renault se mostró esperanzada en que el Estado francés firme en los próximos días el crédito de 5.000 millones de euros a la empresa automovilística para hacer frente a la crisis. En todo caso, precisó que se ya había llegado a un acuerdo con los bancos para acceder a esa financiación. A preguntas de los periodistas, Clotilde Delbos descartó que la compañía no necesita, a corto y medio plazo, un aumento de capital. "La recapitalización no está, en absoluto, en la agenda", aseveró.