El renovado Sistema VioGén protege a 240 mujeres solo en la ciudad de León

El modelo de respuesta policial ante la violencia de género establece más "tiempo de prudencia" antes de cambiar los niveles de riesgo de las víctimas

19/02/2025
 Actualizado a 19/02/2025
Eva Sahagún y Amadeo García charlan sobre los avances del Sistema VioGén 2 y sus consecuencias. | MAURICIO PEÑA
Eva Sahagún y Amadeo García charlan sobre los avances del Sistema VioGén 2 y sus consecuencias. | MAURICIO PEÑA

El Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (Sistema VioGén), de la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior acaba de renovarse. El ministro del ramo, Fernando Grande Marlaska, y la ministra de Igualdad, Ana Redondo, presentaron a mediados de enero el Sistema VioGén 2 y el Protocolo 2025. Ambas herramientas sirven para dar respuesta policial a los casos de violencia de género, aunque su ámbito de actuación va mucho más allá, ya que son muchos los servicios que trabajan interconectados para conseguir que una víctima deje de serlo.

En la protección de las víctimas de violencia de género la capital trabajan tres miembros del Grupo de Atención a la Mujer (Gamu) de la Policía Local del Ayuntamiento de León, que se encuentra bajo el paraguas de la Unidad de Atención Familiar (UAF) del mismo cuerpo. Amadeo García, jefe de la citada UAF y subinspector, y Eva Sahagún, una de las agentes de protección del Gamu conversan con La Nueva Crónica sobre los avances del VioGén 2, las complicaciones y también de algunas mejoras de este Sistema y de las consecuencias que tiene para su trabajo la aplicación de este protocolo actualizado.

Los ministros presentaron las novedades técnicas del Sistema VioGén 2 y las instrucciones nuevas del Protocolo 2025 sobre las que han tenido que aprender –y aún lo hacen– los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de toda España. También los de León. «Los términos son los mismos, pero se han ampliado algunos conceptos», cuenta Eva Sahagún, «además de alguna mejora técnica». Destacan el acceso que tienen ahora al Sistema de otras comunidades o al servicio penitenciario para poder conocer «la ficha del autor a tiempo real», detalla. Algo que, asegura la agente, es «bastante importante» a la hora de comunicar información a la víctima, como un cambio de grado o una posible salida de prisión.

Una de las novedades más destacadas que trae el Sistema VioGén 2 es el modo de trabajar con los diferentes niveles de riesgo de las víctimas, que se dividen en: no apreciado, bajo, medio, alto y extremo, a los que se añade el control telemático y los menores. Los miembros de la Policía Local de León son agentes de protección y trabajan con víctimas de hasta nivel alto, mientras que el resto están protegidas con la Policía Nacional. El cambio se da en el tiempo que tiene que pasar para que una víctima sea reevaluada y pase de un nivel medio a un nivel bajo, por ejemplo. «Se ha complicado para los policías, pero es más beneficioso para las víctimas», añade Sahagún, lo que traducen en una «mejor atención y seguimiento policial para ellas». 

Por un lado, las víctimas tienen que estar un tiempo de prudencia de «al menos dos meses» en el sistema «aunque haya finalizado la orden de alejamiento o no tenga vulnerabilidad», explica Eva Sahagún. Por otro lado, ha aparecido la figura de la «víctima vulnerable» que es «la que no tiene medidas de protección pero tiene hijos menores a su cargo o problemáticas de salud mental, por ejemplo», cuenta Eva. Esta mujer tiene que estar mínimo seis meses dentro del Sistema VioGén. «Se hace por precaución», añade la policía, pero supone «un incremento de trabajo y burocracia» para los agentes de protección, como en el caso de la Policía Local de León, que se ha traducido en «más horas», porque el personal sigue siendo el mismo, lo que impide que en muchas ocasiones los agentes «no podemos hacer un seguimiento exhaustivo porque tenemos exceso de trámite burocrático», puntualiza Amadeo García.

Preguntados por el caso de la mujer asesinada en Benalmádena a la que le había sido denegada una orden de alejamiento por estar dentro del nivel de riesgo medio en  VioGén, Eva Sahagún alude al Sistema como un «histórico» donde «se especifican todas las actuaciones policiales que se han hecho con una mujer y por qué se han bajado sus niveles de riesgo». «Cada víctima es diferente y cada caso es un mundo», puntualiza la leonesa.

 

"Más control sobre el agresor"

Otro de los cambios promovidos a principios de este año está relacionado con los agentes. «La ampliación de protocolos nos ampara más como profesionales», cuenta Eva Sahagún. «Si llamo por teléfono a la víctima es por una medida que me exige VioGén, porque luego no todos los casos son claros y concisos», añade. 

Asimismo, este amparo se traslada también al agresor. «Había una laguna en el sistema», critica la leonesa. El trabajo del Grupo Gamu estaba destinado únicamente a proteger a la víctima y ahora, además de eso, fijan su trabajo en el agresor sobre el que «podemos preguntar al Sistema VioGén 2, que antes por protección de datos no se hacía», detalla Eva, y comenzar una investigación si fuera necesario. Los profesionales en León coinciden en que «debería existir mayor control sobre el agresor», dice Amadeo, ya que «es el responsable de la situación». Creen que toda protección sobre la víctima es poca, pero «no se la puede revictimizar tantas veces», lamenta Eva, y entienden que algunas se sientan incómodas cuando la policía utiliza todos los medios a su alcance para localizarlas y asegurarse de que están bien «de la forma más discreta posible», apostilla el jefe de la UAF.

Eva Sahagún es una de las agentes de protección del Grupo Gamu en el que lleva trabajando ya casi dos décadas. | MAURICIO PEÑA
Eva Sahagún es una de las agentes de protección del Grupo Gamu en el que lleva trabajando ya casi dos décadas. | MAURICIO PEÑA


Aumento de víctimas

Las preguntas que se hacen para hacer la valoración inicial a la víctima también se han modificado tras «un gran estudio», detalla Eva. El objetivo es que la mujer solo tenga que contar el caso una vez, aunque la mayoría de las veces no sucede así porque «lo cuenta a los primeros intervinientes, en la valoración, en el juzgado…», explica Amadeo.

El cambio de ítems y el tiempo que pasan las víctimas en cada nivel de riesgo también ha supuesto que el número de mujeres registradas a día de hoy haya aumentado. Eva Sahagún puntualiza que «no se busca estadística», sino que el VioGén 2 ha mejorado. El Grupo Gamu de la Policía Local de León trabaja con 121 víctimas en la capital. Como el protocolo de actuación establece un ‘reparto’ con la Policía Nacional del 50 por ciento, esto supone que hay alrededor de 240 mujeres víctimas de violencia de género en León dentro del Sistema VioGén 2.

No obstante, ese aumento en las cifras en la capital no viene dado únicamente por los cambios en los protocolos: hay más víctimas y su perfil es diferente. «Cada vez son más jóvenes, extranjeras, con hijos, con adicciones, con patologías mentales… y es más difícil trabajar con ellas», explica Eva Sahagún. Ella entró hace 17 años al Grupo Gamu y relata que entonces la mujer «era de edad avanzada y su gran problemática era la dependencia económica, no tanto emocional, y el maltrato físico». «Que salieran de ese círculo de violencia nos resultaba más fácil dándole esas necesidades que no tenían», añade.

Explica la agente que la mayoría de las mujeres víctimas en la actualidad suman un problema adicional. Están las que poseen hijos menores en edad escolar y a las que resulta más complicado llevar a una casa de emergencias fuera de la ciudad. También las que tienen adicciones o patologías mentales y para las que «se cortan muchos sistemas de protección», o las que viven en la calle «que ya te quita un montón de ayudas sociales», lamenta Eva Sahagún. Para ellas, los policías coinciden en que se las «llevarían a casa» si pudieran, así que intentan «trabajar ‘fuera del uniforme’ y poder ayudarlas en todo, aunque no hay protocolos que nos amparen».

Y es que, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado son la «parte más visible» porque «somos los primeros en llegar». Sin embargo, su trabajo es simplemente la punta de iceberg de un sistema entrelazado que cuenta con infinidad de recursos jurídicos, sociales y sanitarios para ayudar a las víctimas de violencia de género en León.

Actualmente en la capital hay cinco agentes de protección en total –los tres de la Policía Local y dos más del Cuerpo Nacional de Policía–y nueve de investigación, todos ellos dentro de este último cuerpo. Catorce profesionales amparados por la inspectora jefe de la Ufam (Unidad de Atención a la Familia y Mujer) que trabajan únicamente por la vigilancia, protección y cuidado de las mujeres que han sufrido violencia de género en León.

La profesión exige que los agentes se involucren mucho con su trabajo, porque «no cabe de otra manera», cuenta Eva. La implicación de los profesionales en León es, además de rigurosa en lo laboral, «personal y emocional», destaca Amadeo. «El inspector jefe siempre nos lo dice y es lo que más valora: a nivel psicológico los agentes de protección tenemos un plus que cada vez nos cuesta más llevar», comenta Eva Sahagún. Y pone un ejemplo: «Igual estás con tu familia en la calle y de repente aparece una mujer que hace cuatro meses que no localizabas», dice, «y tienes que dejar a la familia a un lado y ponerte a trabajar», añade. «El trabajo te lo llevas para casa, no desconectas», se suma Amadeo.

La labor del Grupo Gamu, que Eva Sahagún considera como «una policía moderna y social», se extiende además hacia la concienciación. La agente es la encargada de recorrer los centros educativos de León ofreciendo charlas formativas e informativas sobre violencia de género y también acerca del Sistema VioGén 2. Conferencias en las que, destaca, «siempre sale algún caso». «Nos hemos dado cuenta de que las adolescentes no denuncian porque no se identifican como víctimas», detalla Eva. Una problemática que se ha desarrollado con el auge de las nuevas tecnologías. 

Asimismo, Eva y sus compañeros trabajan en cultivar su propio conocimiento además de formar a los demás. La agente está ahora estudiando lengua de signos para tener algunas nociones básicas y también aprenden en «cursos de psicología adaptados para víctimas». Pero siempre por su cuenta y con la sensación de que toda formación es poca.

Apenas mes y medio después de su puesta en marcha, el VioGén 2 ya trae consigo mejoras para las víctimas y deberes para los agentes que buscan también dentro del propio Sistema las herramientas más adecuadas para proteger ante la violencia de género.

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