Las charlas sobre el conflicto, especialmente sobre su influencia en la zona, se combinaron con visitas teatralizadas en las zonas en las que el bando nacional y el republicano combatieron durante aquel aciago episodio de la historia de España. Los fortines de Tarna fueron construidos por el mando de la República en 1937 en la frontera entre Asturias y León, en el Puerto de Tarna. Levantados con hormigón armado y diseñados con galerías de fusileros dominando visualmente las carreteras, durante la ofensiva que lanzaron sobre tierras asturianas las brigadas navarras el complejo defensivo resistió 12 días el ataque. Ahora, con actividades como la de este fin de semana, el Ayuntamiento de Maraña quiere poner en valor este patrimonio, atendiendo a su importante valor desde el punto de vista histórico y arquitectónico.
Después de las charlas del viernes, ayer fue el turno de conocer los hechos con estas recreaciones, en el propio emplazamiento y de una manera mucho más visual. Las visitas guiadas teatralizadas a los fortines de Tarna se realizaron en varios turno, dos antes de comer y dos a primera hora de la tarde. Horarios que también hicieron que se obsequiara a todos los asistentes con un aperitivo típico de la época.
Maraña quiso así ‘repetir’ aquello que nunca debe repetirse, la guerra que dividió un país, una batalla entre vecinos, entre amigos, entre hermanos. Quizá con la memoria rescatada este fin de semana en el Puerto de Tarna sea más fácil que el pueblo conozca su historia y, por tanto, más difícil que la repita.
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