La aventura del vecino leonés Guillermo González ha terminado este miércoles. El recorrido emocional que emprendió en el año 2019, cuando entró en contacto con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (Armh) ha tenido como resultado un intento fallido por encontrar los restos de su bisabuelo, el panadero de La Pola de Gordón, Celestino González Bayón, paseado y fusilado por el bando franquista en octubre de 1937, tras su llegada –en compañía de su esposa y de sus hijos– de la comunidad asturiana.
Tras las asiduas reuniones y el contacto constante entre la Armh y los familiares del panadero, nacido a finales del siglo XIX en Ruiforco de Torío, y con el visto bueno de todas las instituciones y entidades involucradas, este martes, 28 de mayo, los trabajos de limpieza, detección de metales y excavación arrancaron en el punto donde –se creía– podían permanecer los restos del bisabuelo de Guillermo. Tras una primera jornada sin hallazgos y con la «esperanza tocada», el segundo y último día de trabajo –este miércoles– no ha traído como resultado el esperado por familiares y amigos del biznieto. «Finalmente, no ha aparecido nada; lo hemos intentado», ha anunciado el leonés, cuando la asociación ya se embarcaba en las labores de reconstrucción del terreno.
La información que había llegado a oídos de Guillermo, décadas después del fusilamiento de su antepasado, indicaba que el terreno situado a 70 metros de las vías de Adif, en la LE-311 a su paso por Garrafe de Torío, debía ser la fosa donde yacían, al menos, los restos de Celestino. «No tenemos más información», señaló el descendiente en referencia a su posible paradero: «Nos lo jugábamos todo a esta carta». Después de cuatro meses a la espera de la confirmación de Adif, los trabajos de la Armh para encontrar al bisabuelo de Guillermo terminan, por el momento, definitivamente.
Padre de seis hijos, los restos de Celestino González Bayón permanecen, casi 90 años después, en paradero desconocido. El panadero continúa siendo uno más de los cientos de miles de personas que todavía no han encontrado remanso de paz ni justo sepulcro. Guillermo y su familia siguen siendo parte de la multitud de familiares que no puede dejar una flor en la digna sepultura de su antepasado.