Sonia vive justo enfrente del ‘bar del pueblo’ de Palazuelo, dependiente de la Junta Vecinal. Muchas veces, cuando iba o regresaba de trabajar en León, se le pasaba por la cabeza de "coger" ese bar que ha tenido muchos dueños: "Estaba ahí, era cruzar la calle... pero tienes un trabajo fijo".
El bar cambió de responsables varias veces. Los dos últimos realmente efímeros y Sonia... cruzó la calle, decidió hacer realidad lo que había pensado tantas veces. Hace unas semanas que esta al frente del negocio, que ha bautizado como El Tejo, y le ha dado una vuelta al lugar, amplio, al lado de la carretera, con un amplio aparcamiento...
Y una de las primeras ideas de esta inquieta hostelera ha sido recuperar un producto típico de la cocina tradicional leonesa: los frisuelos, tan habituales en tantas casas durante el invierno y, sin embargo, muy difíciles de degustar en nuestra hostelería. "Desde que abrimos El Tejo pensé en una apuesta por productos leoneses, por cocina casera y tradicional y me di cuenta de que no era fácil encontrar dónde tomar frisuelos; es más, no se si hay algún lugar que los ponga..., y así, desde después de las fiestas de Navidad en las tardes del fin de semana ofrecemos frisuelos caseros con chocolate, también de la casa".
- ¿Algún misterio?
- Los frisuelos no lo tienen ni lo piden, son lo de toda la vida: huevos, harina, leche, azúcar... y el toque personal. Y de las diversas formas que se le dan he apostado por la tradicional espiral.
Sonia se ha encontrado con una curiosa circunstancia al recuperar un producto tan cargado de memoria. "Me ha sorprendido que han venido, por ejemplo, algunos abuelos con la familia, con los nietos, y les explican lo que son los frisuelos, cuando se hacían en las casas, cuando se comían... es como un viaje a la nostalgia de aquellos tiempos en los que los frisuelos formaban parte de nuestra gastronomía".
Una agradable sensación que reafirma a Sonia en la apuesta que ya había pensado como base de la oferta de El Tejo, la comida casera y tradicional, que está en las tapas desde el primer día, con oreja, hígado, la inevitable tortilla; y también se va sumando al menú diario y, sobre todo, a los sábados, que ofrece un cocido completo. "Siempre con productos de la zona, comida casera...".
Al margen de la dinamización que supone que una vecina del pueblo sea quien apueste por su zona. Que ya se va notando, paso a paso.