Además, Valdeón colisionó ligeramente con un camión en un adelantamiento, lo que provocó que se soltara el paragolpes trasero de su vehículo y varios rayones. Rosa Valdeón ha explicado que no se percató del golpe y atribuye la alta tasa de alcoholemia al efecto de unas pastillas, unos ansiolíticos que tomó antes de conducir.
Valdeón aseguró que, tras dejar a sus hijos en el aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid-Barajas de madrugada después de haber dormido apenas tres horas, regresó a su domicilio conduciendo y se detuvo en un área de servicio a mitad de camino, donde tomó "una pulguita y dos cervezas".
Valdeón ha reconocido que "si fuera un ciudadano normal esto mañana estaría resuelto", pero su condición de aforada la exime del procedimiento normal. Un hecho que justifica con la “responsabilidad” que se deriva de cargo.