El rostro más amable frente a la nevada en León

Subimos a la furgoneta de Ana, la panadera de Santa Lucía de Gordón, para hacer con ella el reparto en una zona afectada por el 'temporal Mónica'

Laura Pastoriza y María Herrero
27/02/2024
 Actualizado a 27/02/2024
https://youtu.be/sQRKL_Cwujs

La montaña de León es por fin una postal de invierno, aunque con doble cara. El lado menos agradable se lo llevan las restricciones en más de una decena de carreteras de la provincia y los cortes al tráfico de otras tantas vías del norte o los problema de incomunicación. La cara más amable la ofrecen, sin duda, las gentes que pese al temporal -como el que ha cruzado León estos días- no cesan en su trabajo y empeño por ‘normalizar’ la vida frente a la nieve.

Es el caso de Ana, la panadera de Santa Lucía de Gordón. Pocas ‘nevadonas’ consiguen que la joven no salga de casa, se suba a su furgoneta y recorra todos los pueblos de alrededor para repartir el pan. “Solo tengo baguette y pan artesano”, se excusaba la panadera ante sus vecinos. Y es que, un corte de luz en la localidad durante la tarde y la noche de este lunes ha impedido que el horno de la panadería de Santa Lucía funcionara con normalidad.

Pero pasa nada, el esfuerzo ya se agradece y poder recoger el pan con un poco de conversación en un día como estos es casi hasta un privilegio, y si no que se lo digan a las vecinas que este martes han tenido la suerte de encontrarse con Ana.

La estampa típica del invierno, que llegó este lunes hasta la capital, es ‘el pan de cada día’ -y nunca mejor dicho- para los vecinos de la montaña leonesa. Este martes ha tocado salir a la entrada de casa y espalar, despejar la zona y evitar que el intenso frío convierta la nieve de las fotografías más bucólicas en peligroso hielo. Otros, por el contrario, este martes han tenido menos trabajo: Miranda, ha cambiado por obligación un día de ‘cole’, por una jornada de frío jugando con la nieve.

Una ilusión para algunos y un esfuerzo a mayores para tantos leoneses que no pueden parar su actividad ni en los días de fuerte temporal porque su trabajo está ya considerado como esencial en la llamada España Vaciada, ahora también nevada.

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