Con su afán por pillarnos desprevenidos, Pedro Sánchez nos dejó también con una sensación un poco familiar y al mismo tiempo un poco desconocida: no sabemos si es resaca postelectoral o preelectoral, pero lo que es seguro es que se trata de una resaca. Después de su anuncio, que contuvo las maldades poco más de 24 horas, ayer ya se disparaban los rumores por todas las esquinas. Si el resultado se lo permite, puede que el 23 de julio nos esté convocado sólo para la primera vuelta, y quizá en otoño, como teníamos previsto, tengamos que volver a votar, pues ya ha demostrado que cuando no votamos lo que él quiere vuelve a insistir las veces que hagan falta. Sale a empatar y, pese a sus contradicciones, tiene pinta de que duerme bastante tranquilo. Lo cierto es que ahora que ha activado la cuenta atrás, llegan los verdaderos codazos, así que mejor analizarlos por partes.
UPL: El partido hacia el que estos días mira todo el mundo (si el mundo terminase en León, como a veces parece escuchando a algunos leoneses), celebró a última hora de ayer una reunión que, como no podía ser de otra manera, sirvió para que tomasen las correspondientes indecisiones. No se pusieron sobre la mesa los nombres que resultarán de los pactos, sino los que empezarán a negociarlos. Nada destacable, más allá de las presiones mediáticas de quienes entienden que el periodismo sirve para decidir lo que pasa en lugar de para contar lo que pasa, pese a que los resultados han evidenciado que quizá se lo tendrían que replantear. A su envidiable posición actual, la UPL ha llegado gracias a la sensatez , sobre todo de Luis Mariano Santos, lo que no invita precisamente a pensar en que ahora nos sorprendan con arriesgados ejercicios de funambulismo político. Con cinco concejales en el Ayuntamiento de León no pueden ni quedarse en la oposición ni exigir la alcaldía, que será para el que se la ganó con votos. Con tres diputados, no pueden ni quedarse en la oposición ni exigir la presidencia de la Diputación, que será para el que se la ganó con partidos judiciales. De modo que su resultado es bueno pero tampoco para dejarse llevar por la euforia, no vayan a hacer del leonesismo una gaseosa. Y, antes de los pactos, deben decidir una lista para el Congreso. Entre las posibilidades, algún famoso o medio famoso que lo acepte y, si no, suena desde diferentes foros Javier Callado, columnista de este su periódico.
PSOE: Sánchez ha querido ahorrarse los debates internos, que tanto desgastan y tanpoco aportan, así que, con la misiónimposible en casi todos los ayuntamiento leoneses de recuperar con pactos lo que perdieron en las urnas (¿salvo en Villaquilambre?), los socialistas centran ahora sus esfuerzos en las listas que presentarán a las generales. Pese a que el anticipo electoral trataba de evitarlo, ya surgen las primeras voces que piden la cabeza del secretario provincial por el fracaso de las municipales, para el que su puesto en esa lista se convierte en un anticipo, también, del próximo congreso del partido. Su actuación es más que discutible, pero también resulta evidente que en el PSOE leonés hay muchos nombres con ganas de colocarse en las listas del Congreso y en el Senado pero muy pocos, más bien ninguno, que quiera asumir el marrón de gestionar las listas de comarcas y pueblos. Andrea Fernández, ascendida a la cúpula del partido, puede llevarse el primer puesto si no hay para ella un hueco con buena rampa, como parece, en las listas madrileñas, y eso pondría en bandeja demasiadas metáforas como para que Cendón pudiese mantener el poder provincial. En el Senado quería un cómodo retiro Morán, pero el hecho de que haya que marcar con una cruz las opciones de cada papeleta y la cantidad de amigos que ha sumado durante su presidencia harán que lo replantee.
Partido Popular: Si es usted mujer y ha sido elegida concejala por el PP en su ayuntamiento tiene muchas posibilidades de convertirse en diputada. Los populares ya casi se relamen por recuperar el Palacio de los Guzmanes y llegan las habitales pugnas, los peajes, «a mí es que me prometieron que...». En este caso hay también muchos nombres que quieren estar, pero casi ninguno femenino, hasta el punto de que una derrotada en su ayuntamiento puede convertirse en flamante diputada por la cuota en la que, en realidad, el propio partido no cree. Tiene pinta de que va a haber pocas sorpresas en sus listas al Congreso y el Senado, con la incógnita del destino de su presidenta provincial, ambiciosa y con aspiraciones a repetir en la política nacional, pero quizá sea pronto y aún le quede trabajo para completar la misión que le encomendó Mañueco de hacerse carne, es decir, delegada de la Junta, y habitar entre nosotros los leoneses.
Podemos, Izquierda Unida y Vox: La lectura más esperanzadora de las pasadas eleccioneses que Vox ha entrado en las instituciones leonesas, sí, pero con un papel completamente irrelevante. Al otro extremo, media España pide a la izquierda que se una, pero lo cierto es que en León lo consiguieron y no llegaron siquiera a la irrelevancia de la extrema derecha, sino que directamente desaparecieron.
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