En la misiva, con fecha de 24 de septiembre, se recuerda a la empresa adjudicataria, Eurest Colectividades SL., la necesidad de satisfacer los estándares de seguridad alimentaria e higiene en todo momento para cumplir con un programa de alimentación seguro y garantizado, al tiempo que se exige un servicio basado en una oferta de productos alimenticios con “los máximos niveles de calidad”.
Es más, incide en que el contrato fija que en la preparación de los menús “no se utilizarán procesos adicionales ni aditivos para la conservación”. “Los menús se emplatarán atendiendo a los gramajes adjudicados, así como a una correcta imagen que debe mostrar un servicio de estas características”, algo que ha quedado más que cuestionado.
En la misiva Sacyl expone que la empresa se salta el contrato cuando sirve menús caducados y en el etiquetado de algunos productos aparecen numerosos aditivos, por lo que entiende que se están “incumpliendo parte de los requisitos mínimos para la prestación del servicio”. De hecho, desde los sindicatos profesionales se ha denunciado que los alimentos son precocinados y con ingredientes como el aceite de palma, y que algunos se cocinan días antes de su consumo, ya que se sirven tres días por semana y se almacenan en neveras.
Arranque del servicio
La semana pasada la empresa exculpó a Sacyl de la situación generada, y explicó que el problema se dio con motivo del arranque del servicio, algo en lo que ya trabajan. No obstante, la Consejería ha sido firme. Requiere: “En el plazo improrrogable de diez días hábiles desde la recepción del presente escrito, manifieste su voluntad inequívoca de cumplir con las obligaciones contractuales que deberían haberse ejecutado y las ejecute en debida forma, de modo que de no hacerlo así, nos veremos obligados a adoptar las decisiones oportunas con el fin de asegurar la correcta realización de la prestación pactada”.Desde Sanidad explican a Ical que les consta la voluntad de la empresa de corregir y cumplir con los requisitos, y reconocen que el contrato "ha empezado mal". De hecho, está prevista una reunión esta próxima semana para avanzar en este sentido y evitar, en un primer momento, cualquier penalización para cumplir con un contrato con un coste de 25 millones en cinco años para las arcas de Sacyl.
"Vamos a exigir el cumplimiento íntegro del contrato y, en su caso, la compensación de los daños causados", mantuvieron para incidir en la voluntad de la empresa para mejorar el servicio, garantizar la mayor salubridad y que éste salga adelante. "Vamos a afanarnos en el cumplimiento y en la exigencia. Esa es la voluntad de las dos partes", sentenciaron.
La situación ha generado un aluvión de quejas por parte de los profesionales y de sus representantes sindicales, hasta el punto de que se ha organizado una recogida de firmas, desde change.org. También, el Grupo Socialista ha solicitado a la Junta la suspensión del contrato, a través de una proposición no de ley, y ha pedido la comparecencia de la consejera de Sanidad, Verónica Casado, para que dé explicaciones. El Grupo Mixto ha registrado una serie de preguntas y ha pedido conocer los términos del contrato.
Cabe recordar que Sacyl anuló la manutención del personal sanitario de guardia en 2012, coincidiendo con los recortes. En 2014, la recuperó para los profesionales de guardia de Atención Especializada, y este año para los de Primaria, que se ha materializado este mes. La Consejería optó por la línea fría, aunque los profesionales eran partidarios de volver al sistema de vales o a través de acuerdos con restaurantes. De momento, la voluntad de este departamento es seguir trabajando con la empresa adjudicataria.