San Mamés, donde conviven tradición y modernidad

Es un barrio vivo, que conserva sus raíces pero que ha sabido evolucionar al ritmo que marcan los tiempos y las necesidades de sus vecinos

Rosa Álvarez
30/07/2017
 Actualizado a 19/09/2019
El parque de San Mamés ha sido reformado recientemente por el Ayuntamiento de León. | MAURICO PEÑA
El parque de San Mamés ha sido reformado recientemente por el Ayuntamiento de León. | MAURICO PEÑA
Sus orígenes hay que buscarlos en los años 60 del siglo pasado. León era el destino al que mucha gente llegaba en busca de trabajo y su configuración de entonces era insuficiente para albergar a más vecinos. Necesitaba cambiar, crecer, y lo hizo en varias direcciones. En la zona norte de la capital, alrededor de las avenidas de San Mamés y de Nocedo –sus principales arterias actualmente– se fue estructurando un nuevo barrio, el de San Mamés, que hoy se encuentra delimitado por la Plaza del Espolón, el barrio de La Palomera y el de Las Ventas, del que lo separa, además, una barrera física, las vías del Ferrocarril de Vía Estrecha (Feve).

Desde que San Mamés comenzó a tomar forma hasta ahora jamás ha dejado de ser un barrio vivo, en continuo movimiento. Se fueron levantando bloques de viviendas que se vendieron y ocuparon casi de inmediato y, en sus bajos, surgieron negocios que dieron servicio a todos estos nuevos vecinos y a cuantos llegaban de paso. Algunos resistieron el paso del tiempo y, otros, fueron mudando su imagen, cambiando y adaptándose a los tiempos, a las nuevas necesidades o, simplemente, a sus nuevos propietarios. La crisis que empujó al cierre de establecimientos en muchas otras zonas de la ciudad fue relativamente clemente con el barrio. Muchos negocios echaron la trapa, sí, pero en líneas generales se resistió bien el envite de los números. Así, hoy en San Mamés el comercio tradicional sigue compartiendo espacio con otras propuestas más modernas. Hay tiendecitas, negocios de todo tipo y, además, una amplia oferta hostelera, con bares y restaurantes en los que siempre hay buen ambiente y que evidencian su buen ritmo.Esta característica es en la que hace especial hincapié el concejal del Ayuntamiento que tiene asignado el barrio dentro de sus funciones, Fernando Salguero. Según apunta, «San Mamés es un barrio muy tradicional, que conserva la estructura de siempre, de toda la vida, pero que cuenta con un gran ambiente comercial y un núcleo juvenil –motivado por la proximidad a la Universidad– que ha generado una oferta más moderna y atractiva. Lo tradicional no está reñido con la evolución, la modernidad, y este barrio lo ha sabido conjugar muy bien, ha sabido evolucionar». Entre San Mamés y su ‘vecino’ más cercano, La Palomera, sus habitantes tienen a mano un buen número de servicios, como guarderías, centros de educación Primaria y Secundaria, Instalaciones Deportivas (polideportivo, piscinas, canchas de fútbol, zonas deportivas dentro de alguno de los parques) o un Centro de Salud. En un primer análisis la cosa no pinta mal para San Mamés, y desde el Consistorio confirman que, efectivamente, se trata de un barrio con pocas quejas en comparación con muchos otros, aunque también las tiene. A las tradicionales –que apunta el Ayuntamiento– de solicitud de bancos, arreglo de baldosas, limpieza y desbroce de solares, limpieza de calles o mantenimiento de las zonas verdes, se suma una en la que los vecinos inciden especialmente: necesitan un Centro Cívico. De esto habla con más detalle el presidente de su Asociación de Vecinos, Fernando García Marcos, para quien «el barrio está bien, es tranquilo, no es conflictivo y problemas gordos no tiene». No obstante, si en lo que nos centramos es en las necesidades, ahí sí se puede tirar de un listado, aunque tampoco demasiado amplio. «Lo principal y más imprescindible para nosotros es poder disponer de un Centro Cívico. Hemos estado a punto de tenerlo, pero al final las circunstancias llevaron el proyecto al garete y quedó en nada. No tenemos un sitio donde reunirnos, porque el que nos han asignado está en González de Lama y la gente no quiere ir hasta allí». Dejando a un lado este proyecto, pero reclamando que no se pase por alto, García Marcos pide que se revise el mobiliario urbano. «Vengo reclamando desde hace tiempo que retiren unos contenedores que están hechos una porquería, con las tapas rotas, y que en verano, con el calor, están rodeados de moscas y dan mal olor». Esto es lo urgente, pero existen otros proyectos un poquito más grandes y que también afectan a San Mamés. El presidente de la Asociación de Vecinos recuerda que recientemente han acondicionado los parques. «Ha quedado muy bien y nos alegramos de que se vayan haciendo cosas, aunque sea poco a poco», dice. De esta intervención da cuenta el Ayuntamiento. Se ha hecho un gasto de 66.961 euros en el parque de San Mamés y Pizarro que ha permitido renovar pavimentos, mobiliario, juegos infantiles, fuentes y la ordenación y mejora de elementos vegetales. Además, están a la espera que de finalice la integración de Feve en León «que nos afecta en parte y que parece estar muy avanzada. Después del dineral que se han gastado confiamos en que a principios de año pueda estar en servicio porque sería una aberración que las cosas se quedaran en nada, paradas», advierte García Marcos. Una valoración a la que el Consistorio replica que los trabajos se están «agilizando al máximo» y que, además de las obras en la propia vía y de los terrenos afectados por las modificaciones de la traza, se han desarrollado una serie de trabajos de reurbanización en el entorno inmediato para garantizar la integración global del conjunto de la ciudad. La previsión es que la actuación finalice a finales de este año y que, después, se pueda proceder a su puesta en servicio tras las pruebas de seguridad.

Destaca también por su importancia la subvención de 14 millones de euros de fondos europeos –a completar con la misma cifra a cargo del Ayuntamiento– para llevar a cabo la Estrategia de Desarrollo Sostenible Integrado ‘León Norte’, de la que se beneficiarán, además del barrio de San Mamés, el de La Inmaculada, Cantamilanos, San Esteban, Las Ventas y La Asunción. Fernando García Marcos reconoce que por el momento poco saben sobre este dinero y a qué estará destinado, pero confía en que «a poco que llegue será positivo para el barrio». «No comprendemos mucho qué es lo que quieren hacer, pero esperamos que nos reúnan, nos cuenten qué han pensado y que nosotros también podamos dar ideas», dice. Desde el Ayuntamiento matizan que «lo que se pretende es reactivar la zona norte con una visión a largo plazo apoyada en dos conceptos: la cultura y la tecnología, diversificando su economía y potenciando sus activos emergentes en materia de nuevas tecnologías y ciberseguridad y potenciando sus activos patrimoniales y culturales».

Otro proyecto que tampoco olvidan Asociación y Consistorio por su repercusión para el barrio es el del Conservatorio de Música. Los terrenos suman 8.725 metros cuadrados (5.235 construibles) ubicados frente al Centro de Salud de La Palomera y cuentan con una valoración catastral de 52.352 euros. «Esperamos que vaya hacia adelante y no haya problema, la zona desde luego es la idónea, cerca de la Universidad, de institutos y del centro. Nos vendrá bien», resume García Marcos.
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