La Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de León, a través de su programa ‘es.pabila’ organiza para este fin de semana las Jornadas sobre pornografía y educación sexual en la adolescencia. Las ponencias, que tienen lugar en el Espacio Vías, comienzan este sábado a las 9:45 horas y se extenderán hasta el mediodía del domingo.
Alrededor de una veintena de personas expertas participarán en estas sesiones que buscan poner el foco en la huella que deja la pornografía en la educación sexual y en la construcción de la personalidad de los adolescentes en la actualidad. Un conjunto de actitudes y comportamientos que “preocupan” a los profesionales de la educación y que ha de mantener alerta también a las familias.
Para realizar una visión general sobre la problemática, la primera conferencia de este fin de semana la impartirá Sandra Sedano, profesora asociada en el Departamento de Pedagogía Aplicada y Psicología de la Educación en la Universitat de les Illes Balears (UIB), quien codirigió un Estudio sobre pornografía desarrollado por dicha institución académica en el año 2022, y lo desgrana en esta conversación con La Nueva Crónica. Los datos son llamativos: la media de inicio de visualización de la pornografía se da un poco antes de los 13 años y el número de chicas que ven estos contenidos ha aumentado 15 puntos respecto a 2018. El 76,25 % de los jóvenes encuestados ven pornografía cruda, “la más violenta”, y un 17,5 % de los niños y niñas tienen su primer contacto a los 8 o 9 años. En el estudio participaron más de 3.500 alumnos y unas 2.600 familias.
"Las adolescentes ven porno para saber qué les gusta a ellos y llevarlo a cabo en sus relaciones"
La charla que encabeza Sedano se apoyará en estos datos y sus consecuencias, englobados en lo que la profesional considera como “una sociedad totalmente ‘pornificada’ en la música, la publicidad o la moda”. Y es que, el acceso que tienen los menores a este tipo de material es “fácil”, asegura.
En cuanto al visionado en los adolescentes, el estudio publicado por la UIB también incide la cantidad de tiempo de consumo, para el que han estipulado tres niveles: el bajo, que son una o dos horas semanales; el medio, entre tres y cuatro; y el alto, que es a partir de cinco horas o más. El 51,8 % de los encuestados lo miran con una frecuencia alta y "siguen siendo ellos los que más consumen". El uso por parte de las adolescentes es de otro carácter: "Nos ha llamado la atención que ellas ven porno para ver lo que les gusta a ellos y llevarlo a cabo en sus relaciones sexuales”, explica Sandra Sedano. Así es cómo “se acepta la violencia simbólica, en la que las mujeres son sumisas y los hombres dominantes". "Cuando voy a las aulas me dicen que les gusta que les tiren del pelo o les asfixien y es bueno cuestionarles sin realmente es placer o es porque lo ven y entienden que una relación sexual tiene que ser de esa manera”, explica la profesora. Para los profesionales es "preocupante" que a los jóvenes "les pueda gustar ver cómo están haciendo daño a una mujer" y ofrece un dato: "uno de los vídeos más vistos en los últimos cinco años es el de cómo una chica escapa de una violación en grupo". "Dejemos de decir que el porno es ficción porque no lo es, y estamos confundiendo a nuestros menores", sentencia Sedano.
La normalización de la violencia es la gran problemática a la que se enfrentan los profesionales de la pedagogía en la actualidad cuando acuden a los centros educativos a charlar con los adolescentes. En sus sesiones, Sedano se ve explicándoles "que una relación sexual puede ser perfectamente placentera sin que haya violencia de por medio”. Por eso, les insiste en que “tiene que haber consentimiento, deseo, comunicación previa, confianza y consenso". Otro aspecto fundamental para los profesionales es la consciencia ante las enfermedades de transmisión sexual, dado que, "los anticonceptivos de barrera no aparecen en el porno y si miras vídeos desde los 12 años normalizas que no hacen falta en una relación sexual”, apostilla la profesora. Como tampoco se ven imágenes sobre "el proceso previo a conocer a una persona antes de tener una relación, la parte comunicativa, afectiva o de seducción". De ahí que "los jóvenes nos piden talleres para aprender a comunicarse y saber cómo le preguntan al otro qué le gusta o no le gusta o qué le apetece", añade.
Educación en las aulas
Para los profesionales que participaron en el estudio, la importancia radica, entre otros aspectos, en las aulas. Ella misma comparte su tiempo con los adolescentes y muchos de ellos reconocen el problema, "sobre todo las chicas". Asegura que a partir de 3º de la ESO pueden hablar "sin pelos en la lengua" y que el trabajo con los jóvenes no parte de la prohibición, sino de situarse frente a la realidad. "Hay una industria detrás ganando dinero y lo único que le importa es tener más personas usuarias", les cuento, "tu salud sexual y la violencia que pueden ejercer les importa un bledo, y tú, ¿qué estás ganando con todo esto". Asegura Sedano que también es útil explicarles la etimología de la palabra pornografía, "porno es prostitución, y el sufijo quiere decir que está filmada, escrita".
"Es preocupante que a los jóvenes les pueda dar placer ver cómo hacen daño a una mujer"
La educación afectivo-sexual es un pilar básico para trabajar con los menores y para ello incide en la necesidad de contar con "gente externa y preparada que entre a los institutos a impartir esta formación" porque "el profesorado va hasta arriba". Sandra Sedano es partidaria de crear "un programa estatal" sobre lo que "debe ser" esta educación e insiste en la obligación de que sea integral, que "esté adaptada a la edad y tiene un lenguaje apropiado", detalla, y puntualiza que no se trata de "ir a Educación Infantil a hablar de sexualidad, pero sí se puede hablar del placer que tiene un significado muy amplio, como el de comer chocolate o un helado". La educación afectivo-sexual abarca la gestión emocional, la resolución de conflictos, el conocimiento del cuerpo o las habilidades comunicativas y sociales, entre otros aspectos.
La vigilancia en casa
Otro de los principales problemas que abarca el estudio de la UIB es la falta de información por parte de las familias, algo que se ha extendido también al uso que realizan de las redes sociales. "Es primordial conocer qué están y a quién están escuchando nuestros hijos cuando se ponen Twitch o YouTube", explica Sedano. "El impacto de las redes sociales es similar al de la pornografía", sentencia. Si bien el contenido pornográfico genera "incomodidad con los genitales", en las redes sociales aparecen problemáticas de otro tipo como la recientemente diagnosticada ’cosmeticorexia’: "las niñas de 10 años se están poniendo cremas para no tener arrugas".
En la charla, la profesora de la UIB no habla solo de la posibilidad que tienen de entrar a ciertas páginas, sino de cómo esta industria llega hasta los menores “sin que ellos lo busquen”, puntualiza. La industria pornográfica puede ‘colarse’ a través de plataformas de distintos tipos, como las mencionadas redes, los chats o los videojuegos online. Sandra Sedano pone el ejemplo del ‘Among Us’, al que se juega en grupo. "Existen depredadores que pueden hacerse pasar por un menor, entrar en el juego, coger confianza y, después, conseguir imágenes de los menores porque ellos mismos se las han pasado", cuenta la profesora, "esto parece de ciencia ficción, pero es así". Sus "triquiñuelas" cada vez "son más finas", argumenta: "No demuestran su mala intención inicial porque los menores tampoco son tontos y cada vez les hablamos más de los peligros que hay".
"La educación afectivo-sexual ha de ser integral, es decir, adaptada a la edad y con un lenguaje apropiado"
Otra de las preocupaciones que también se tratará en la charla es la captación de menores a través de las redes sociales. Sandra Sedano pone el ejemplo de páginas como ‘OnlyFans’ que "están directamente vinculadas a la industria pornográfica". La profesora explica esto como "el mito de la libre elección y el falso empoderamiento a través de la hipersexualización" en el que las jóvenes creen que comparten el contenido porque quieren. "Estas niñas suben las fotos y la industria las capta, lo llamamos ‘Prostitución 2.0, km. 0, producto local’".
Legislación
Finalmente, y como última ‘pata’ de todo este ecosistema, la charla que ofrecerá Sandra Sedano en León también pasa por la legislación. La profesora de la UIB destaca que hay un marco normativo a nivel europeo pero que "se tiene que desarrollar". La Agencia Española de Protección de Datos ya ha dado ciertos pasos como la prohibición a las páginas con contenido pornográfico de comprar los dominios de Google u otros buscadores para que sus enlaces salgan los primeros cuando se escriben palabras que pueden estar relacionadas con la industria, "pero que en realidad no lo están, como culo o teta", detalla Sandra.
"Siempre se pone la protección de datos por encima de la protección al menor y yo no lo acabo de entender"
Los cambios están sucediendo, pero a juicio de los profesionales "van muy lentos". "Siempre se pone la protección de datos por encima de la protección al menor y yo no lo acabo de entender", lamenta Sandra, quien celebra algunos avances como que el robo de imágenes a través de la Inteligencia Artificial sea considerado un delito, aunque siempre se buscarán más.