Sara García ha vuelto a León, a la Facultad de Biológicas que fue su casa durante cinco años. La científica y astronauta leonesa ha pasado la mañana de este viernes en la ULE, con una visita al laboratorio de ciencias que lleva su nombre desde diciembre de 2022 y por el que ella pasó en su momento como una alumna más.
Allí ha realizado un par de experimentos, -"sin bata blanca, me van a echar la bronca", bromeó- junto a su antigua profesora de investigación, ante la atenta mirada de los alumnos curiosos que quisieron acercarse. En la mente de todos los presentes estaba el reciente viaje al espacio de Jesús Calleja y la opinión que pudiera tener al respecto la astronauta leonesa. "Al final todo lo que implique ir al espacio, tiene un beneficio para la investigación y el desarrollo tecnológico", ha señalado Sara, y "no deja de ser una forma de turismo lujoso más".
En esa línea Sara ha explicado que la Estación Espacial Internacional se desmantelará en 2030 y ese proceso abrirá un nuevo camino a los países y también a las empresas. "La colaboración público-privada es una realidad y está acelerando la democratización del espacio", ha argumentado.
No logra sacar mucho tiempo la leonesa, volcada en la investigación y la divulgación científica allá donde va, pero los ratos en tren, que han sido muchos desde su elección como reserva de la ESA, le han sido de gran ayuda para hacer realidad otro sueño, el de escribir un libro.
"Siempre llevo notas y apunto todo lo que siento, lo hice incluso en una formación en Pirineos a 15 grados bajo cero y lo haré, si tengo la oportunidad, en el espacio, porque habrá momentos que sienta, cosas que visualice que no quiera olvidar y que querré tener por escrito", ha relatado Sara.
Continúa su formación como astronauta
Sara continúa su trabajo como investigadora oncológica en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) de Madrid y espera ya por su próximo periodo de formación como astronauta, similar a la que está recibiendo Pablo Álvarez. Será después del verano en Alemania.
Inmersa en la promoción de su libro, Órbitas, ha firmado ejemplares en la Escuela de Ingenierías, compartiendo un encuentro con los alumnos de Vegazana, a los que ha vuelto a transmitir un mensaje de motivación con su ejemplo. El de una leonesa que soñó a lo grande y cada día está un poco más cerca de las estrellas.