El Sindicato de Enfermería, Satse, de León denunció este jueves que el Centro de Referencia Estatal para la Atención a Personas con Grave Discapacidad y para la Promoción de la Autonomía Personal y Atención a la Dependencia, en San Andrés del Rabanedo, “continúa sumido en constantes irregularidades y una mala gestión” que afecta tanto los residentes como al personal que trabaja en él.
Por ello, tras dirigir sus quejas a la Subdelegación del Gobierno, al Defensor del Pueblo y a la Inspección de Trabajo, además del Comité de Empresa, y ante “la inacción total de las administraciones competentes”, Satse eleva ahora su denuncia a través del Portal de Transparencia de la Administración General del Estado, “para poner de manifiesto la inoperancia, la dejadez y la falta de respeto por los servicios públicos”.
El sindicato puso de relieve que la Dirección del centro toma decisiones que “van encaminadas a no acoger a pacientes con complicaciones de salud” y a “hacer una selección a la carta para eludir la atención a los que necesiten sueroterapia o administración parenteral de medicación”, entre otros cuidados y técnicas, y “así evitar tener que cubrir los turnos con enfermeros”. Unos residentes, que “ya tienen numerosas complicaciones de movilidad” y que tuvieron que desplazarse para vacunarse a sus centros de salud correspondientes porque la Dirección del CRE “no ha permitido que se realicen las vacunaciones en el centro”.
Además, el centro cuenta con un robot Diego, que “supuestamente permite a las personas practicar la movilidad del tren superior con juegos interactivos”, pero “está abandonado en una sala en desuso”.
De igual manera, Satse apuntó que desde hace más de un mes el Centro no tiene telefonistas, de manera que la Dirección “pretende que esa labor la asuman los auxiliares de enfermería, para lo que deberán dejar de hacer funciones asistenciales”. Debido a esta situación, el CRE está “incomunicado desde el exterior”, de manera que “no se puede contactar con los residentes ni con los profesionales, lo que tuvo como consecuencia que recientemente un residente no pudiera recibir una llamada vital”.
Frente a todo lo expuesto, Satse León insistió en que la atención que merecen recibir los residentes del CRE de San Andrés del Rabanedo debe ser “la adecuada a su situación” y no “ponerles en riesgo con decisiones con las que se prescinde de profesionales como los enfermeros o con las que se dificulta su trabajo”, ya que “todo ello va en detrimento de la salud de personas muy vulnerables”. Asimismo, recordaron que el centro dispone de 120 plazas, de las que tan solo están cubiertas una veintena.