Aciagos tiempos estos que se estrenan con amargas nuevas de los que siempre fueron nuestros referentes. A primera hora de esta mañana ha llegado a nuestro conocimiento la noticia del fallecimiento de D. Miguel Cordero del Campillo, uno de los grandes veterinarios de esta tierra, por otra parte, pródiga en grandes personalidades de la Ciencia Veterinaria. Los que tuvimos la fortuna de aprender en las aulas de su sabiduría y, fuera de ellas, de su sentido del deber, su compromiso, y su enorme laboriosidad, en el campo de su especialidad (la Parasitología y la Historia de la Veterinaria, convertida en Humanismo) o fuera de ella, en su capacidad de defensa de los intereses universitarios, en todos los niveles, incluso en su ardiente y documentada defensa en todo aquello en lo que por una razón u otra se implicaba, le debemos mucho.
Gran profesor, gran técnico, gran científico, gran veterinario, gran leonés, D. Miguel Cordero del Campillo siempre llevó a León en su corazón. Le conocimientos como respetado profesor y defensor a ultranza de la Facultad de Veterinaria, supimos pronto de su valía y reconocimiento a nivel nacional e internacional, era figura referente en la familia veterinaria en todos los niveles. Uno de los responsables directos de aquél prestigio que distinguió a la Facultad de Veterinaria de León entre las “cuatro clásicas” a lo largo del siglo pasado y aún en los primeros años del presente, porque su actividad no decreció después de su jubilación, solo cambió el modo de trasladarse a su despacho, donde continuó escribiendo, colaborando y aconsejando a los que por cualquier motivo se acercaban a él en demanda de ciencia, juicio o, simplemente, consejo. Fue referente, también, en las jóvenes generaciones del Cuerpo Nacional Veterinario, en el que ingresó con el número 1 en la promoción XIII, de 1952, y en la que fue distinguido con la Medalla de Oro de su Asociación.
Esforzado continuador de los primeros trabajos que culminaron con el establecimiento en León de la Sección de Ciencias Biológicas que, con la Facultad de Veterinaria, fue la piedra angular en la que se cimentó el nacimiento de la Universidad de León, ha sido en buena parte responsable directo de lo que hoy disfrutamos.
Catedrático, Director del Departamento de Patología Infecciosa y Parasitaria, primero, de Sanidad Animal, después, Decano, Vicerrector, Rector, Director de la Estación Pecuaria Regional, Académico, Doctor Honoris Causa por varias Universidades, Senador, escritor reputado, la lista de sus méritos es interminable, y todo ello sin dejar de ser Veterinario… todo ganado a base de criterio, esfuerzo, inteligencia y profesionalidad.
La Academia de Ciencias Veterinarias de Castilla y León, le nombró Académico de Honor en 2013, al año siguiente de comenzar su andadura, conjuntamente con D. Manuel Rodríguez García, también fallecido ya, y el prestigioso Profesor D. Ángel Alonso Martínez, catedrático y director del Departamento de Oncología de la Universidad de Heidelberg, uno más de sus grandes admiradores. Con nosotros compartió muchos momentos felices en los últimos años hasta que de repente se produjo la oscuridad. Temíamos este momento que inevitablemente llegó y ahora se nos ha hecho un vacío que nada lo llena. Querido D. Miguel, muchas gracias por sus enseñanzas, por enseñarnos el camino. Descanse en paz.
Elías F. Rodríguez Ferri es presidente de la Academia de Ciencias Veterinarias de Castilla y León. Decano del Cuerpo Nacional Veterinario
Se nos ha ido uno de los "grandes"
Por Elías F. Rodríguez Ferri
12/02/2020
Actualizado a
12/02/2020
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