Para la ARMH este es un trabajo «parcial», pues consideran que se trata de una recopilación de la información existente que no descubre nuevos enterramientos y «hay muchos más», asegura Emilio Silva, presidente de la organización.
El equipo trabaja en la actualidad en el concejo asturiano de Grado y está previsto que posteriormente se trasladen a Galicia. Su objetivo no es otro que recuperar los cuerpos y entregárselos a sus familias.
«Nosotros cuando exhumamos es porque tenemos información de quien está ahí y de lo que ha ocurrido, buscamos personas desaparecidas, no fosas», explica Silva. En Castilla y León, recuerda, las víctimas fueron asesinadas «no por estar en el frente de la Guerra Civil».
Durante más de dos décadas de trabajo de la asociación, Silva asegura que la gran mayoría de información que les ha llegado y les ha permitido exhumar a represaliados ha venido «de gente de los pueblos que nos mandaba informes». Porque «la mayoría de las fosas no tienen documentación de ningún tipo, hay muy pocas referencias y las principales fuentes son orales». Por ello, Silva considera que para hacer un mapa completo habría que «patear» pueblo a pueblo la comunidad recogiendo la información.
Además, cree que el mapa «no va a servir de mucho» a las familias que buscan a sus seres queridos en la actualidad, pues no contiene datos novedosos.
Reivindicación
Por todo ello, Emilio Silva pide a las administraciones encargadas de «cumplir con los Derechos Humanos» que se «responsabilicen» de todos los desaparecidos «sin discriminación». El presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica acusa, en este sentido, de «crear una discriminación» con el mecanismo existente en la actualidad, pues «ayudas a unas familias y a otras no». «Si es un derecho hay que garantizárselo a todas las personas», reivindica.Para lograrlo, apuesta por la creación de un organismo «que escuche a las familias, las atienda y busque a las víctimas para la exhumación».