La organización nacida hace unos meses y que agrupa a agricultores, ganaderos o cazadores, entre otros, impulsó días atrás un debate social en torno a problemas como el cambio climático o la despoblación en los que el colectivo tiene mucho que decir, aunque también que perder. «Se habla mucho de la España vacía y vaciada, pero soluciones pocas. Nosotros pretendemos que todo el entramado socioeconómico y medio ambiental sea eficiente», explicó Pedro Barato, presidente de Alianza Rural y de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja).
Aunque en los últimos dos años la sociedad española ha comenzado a concienciarse sobre la problemática a la que se enfrenta el mundo rural, el 80% del territorio nacional sigue estando ocupado por tan solo el 20% de los españoles. Y lo hacen en unos núcleos urbanos que son los mismos desde 1979. «Muchas veces se nos dice que el problema está diagnosticado y que existen instrumentos, pero creo que es falso. Ni está diagnosticado, ni existen instrumentos. Lo que está es identificado», defendió Gómez Orea. En su opinión, lo más probable es que la «desruralización» siga avanzando siempre que no haya una estrategia planificada y voluntarista.
«Es triste decirlo, pero seguramente sobran pueblos para tan poca población, seguramente hay que vertebrar el territorio no empeñándonos en mantener o promocionar pueblos que son completamente inviables», explicó. Una de sus propuesta es trabajar en la creación de una nueva vertebración del territorio que se apoye en la selección de unos asentamientos, «muy poquitos por comarca», en esas zonas despobladas, en donde se pueda concentrar la población.
Fiscalidad favorable
Hoy la estructura de los núcleos poblacionales tiene un origen medieval y responde a una realidad que poco o nada tiene que ver con la actual. Sin embargo, Gómez Orea reconoció que no todo se conseguiría con esta propuesta, sino que debería ir acompañada por financiación y por una fiscalidad favorable para que empresas y emprendedores puedan desarrollar su actividad fuera de las ciudades.El experto cree que, más que por una falta de infraestructuras, una de las claves de la pérdida de población rural está en la dificultad para la creación de empleo y riqueza. Las nuevas tecnologías agrarias hicieron el campo más eficiente, pero no lograron crear nuevos empleos en la zona. «La desruralizacion es reversible, pero necesitamos colaboración público-privado, aunque si no hay iniciativas desde lo local es muy posible que la desruralización no se pueda revertir», dijo el catedrático.