"Sobran pueblos para tan poca población"

Un experto asegura que España sufre "minipueblismo", pero que aún se puede trabajar contra la desruralización del territorio

L.N.C.
02/11/2019
 Actualizado a 02/11/2019
Casa en venta en un pueblo de León. | MAURICIO PEÑA
Casa en venta en un pueblo de León. | MAURICIO PEÑA
España sufre de «minipueblismo»: hay demasiados pueblos para tan poca población, pero aún es reversible. Es el diagnóstico que ofreció esta semana Domingo Gómez Orea, catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y presidente del Comité de Asuntos Rurales del Instituto de la Ingeniería de España, en una jornada organizada por Alianza Rural.

La organización nacida hace unos meses y que agrupa a agricultores, ganaderos o cazadores, entre otros, impulsó días atrás un debate social en torno a problemas como el cambio climático o la despoblación en los que el colectivo tiene mucho que decir, aunque también que perder. «Se habla mucho de la España vacía y vaciada, pero soluciones pocas. Nosotros pretendemos que todo el entramado socioeconómico y medio ambiental sea eficiente», explicó Pedro Barato, presidente de Alianza Rural y de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja).

Aunque en los últimos dos años la sociedad española ha comenzado a concienciarse sobre la problemática a la que se enfrenta el mundo rural, el 80% del territorio nacional sigue estando ocupado por tan solo el 20% de los españoles. Y lo hacen en unos núcleos urbanos que son los mismos desde 1979. «Muchas veces se nos dice que el problema está diagnosticado y que existen instrumentos, pero creo que es falso. Ni está diagnosticado, ni existen instrumentos. Lo que está es identificado», defendió Gómez Orea. En su opinión, lo más probable es que la «desruralización» siga avanzando siempre que no haya una estrategia planificada y voluntarista.

«Es triste decirlo, pero seguramente sobran pueblos para tan poca población, seguramente hay que vertebrar el territorio no empeñándonos en mantener o promocionar pueblos que son completamente inviables», explicó. Una de sus propuesta es trabajar en la creación de una nueva vertebración del territorio que se apoye en la selección de unos asentamientos, «muy poquitos por comarca», en esas zonas despobladas, en donde se pueda concentrar la población.

Fiscalidad favorable

Hoy la estructura de los núcleos poblacionales tiene un origen medieval y responde a una realidad que poco o nada tiene que ver con la actual. Sin embargo, Gómez Orea reconoció que no todo se conseguiría con esta propuesta, sino que debería ir acompañada por financiación y por una fiscalidad favorable para que empresas y emprendedores puedan desarrollar su actividad fuera de las ciudades.

El experto cree que, más que por una falta de infraestructuras, una de las claves de la pérdida de población rural está en la dificultad para la creación de empleo y riqueza. Las nuevas tecnologías agrarias hicieron el campo más eficiente, pero no lograron crear nuevos empleos en la zona. «La desruralizacion es reversible, pero necesitamos colaboración público-privado, aunque si no hay iniciativas desde lo local es muy posible que la desruralización no se pueda revertir», dijo el catedrático.

Una España que se desangra

La preocupación por la pérdida de población une a todos los agentes rurales. «Hay que frenar la España vaciada que se desangra demográficamente. Fijar la mirada en los jóvenes y mujeres que viven y trabajan ahí, y que son los primeros que la abandonan», explicó Lola Merino, presidenta de la Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural (Amfar). «Tenemos que dejar de ver como algo normal el éxodo rural», dijo Juan Herrera, representante de la Real Federación Española de Caza. Porque «sin el campo, no habría ciudad».
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