Carteles en las calles, conversaciones en el bar... la desaparición de buena parte de las sucursales bancarias en los pueblos de la provincia de León ha supuesto que la posibilidad de simplemente sacar dinero o pagar un recibo sin tener que desplazarse sea todo un evento para muchos municipios.
El pasado mes de octubre comenzaban a circular las 'banco bus', oficinas bancarias móviles, que la Diputación de León ha puesto en marcha para tratar de paliar esa exclusión financiera que ataca a buena parte de la provincia y cuyo contrato por valor de más de 312.000 euros se adjudicó Caixa Bank. Con el inicio del año, el servicio que cuenta con tres de estas oficinas móviles ha aumentado y alcanza a más de 130 ayuntamientos que esta semana visitaban por primera vez.
Uno de ellos es el de Murias de Paredes, donde la expectación durante toda la semana ha sido importante esperando la llegada de la banca móvil. Sin embargo, no parece que esté funcionando del todo bien este servicio tal y como demuestran episodios vividos este mismo martes en la localidad omañesa, donde los vecinos que deseaban retirar dinero se han visto imposibilitados a hacerlo ante una avería en el cajero despertando el lógico enfado de quienes allí acudieron, quedeberán esperar nada menos que hasta el 23 de enero a ver pasar de nuevo el autobús del banco ya que se programan dos visitas al mes.
Además, la decepción no se ha quedado ahí y es que los vecinos denuncian que si bien para la retirada de efectivo no es necesario tener una cuenta en la entidad (aunque dependiendo de dónde se tenga el dinero puede repercutir en una comisión y sus clientes sí que pudieron hacer la gestión aun con el cajero averiado) para realizar determinadas gestiones sí que requiere la apertura de una cuenta en Caixa Bank. Teniendo en cuenta que este servicio lo ofrecerá ese banco durante al menos el próximo año (el contrato incluye una prórroga por otros dos) fueron varios los interesados en abrir una cuenta en la entidad con una sorprendente respuesta: para hacerlo hay que acudir a una oficina física.
Un "sinsentido" que ha despertado el enfado de los vecinos y que sin duda deja claro que a la propuesta para minimizar la exclusión financiera de la Diputación aún queda darle una vuelta si de verdad quiere cumplir con ese propósito.