El CRA (Colegio Rural Agrupado) de Puebla de Lillo tiene por nombre oficial Susarón, uno de los picos más emblemáticos de la montaña leonesa. Y a la montaña quieren honrar en este centro escolar en la jornada que en tantos lugares se celebran fiestas ajenas y lejanas a nuestra cultura.
Y el símbolo elegido para honrar, el último día de octubre víspera de los Santos, es la madreña, el calzado montañés por excelencia. Los veintidós chavales de este centro escolar acudieron ayer a clase con madreñas, y allí celebraron una mañana de tradiciones montañesas en un centro que a las banderas oficiales sumó para la ocasión el pendón del pueblo y diversas pendonetas que los niños portaron en el desfile en madreñas que era el acto central de la mañana.
El acto central pero no el único, ni mucho menos. Las clases del cole no eran ayer de lengua o matemáticas, sino de tradiciones y costumbres de la montaña, de historias y leyendas, y así los chavales vieron cómo llegaba a su clase La Vieja del Monte y les contaba su historia mágica; más real que mágica era la que en otro aula les contaba Ramón, un octogenario del pueblo que les recordó a los chavales cómo era la escuela cuando iba él, a qué se jugaba por las calles –el manro, el escondite..-, cómo era la autoridad y el respeto a los maestros o la dureza de aquellas vidas. Y un consejo: “Cuando vayáis por las calles de vuestros pueblos y os crucéis con algún vecino que no se os olvide saludarlo, hablar con él, por educación y porque así sabemos que estáis en el pueblo, que siempre es una felicidad que haya niños”.
Los 22 chavales realizaron el desfile al son de las gaitas de dos de los integrantes de Cecina de León y bajo las miradas emocionadas de padres y, sobre todo, madres que grababan esta primera edición del Día de la Madreña en el CRA Susarón. Un magosto de castañas sirvió para reponer fuerzas y cerrar una jornada de recuerdos y tradiciones, en madreñas.