La cara de felicidad del niño Darío en todas las fotos, en todos los actos a los que acude, nada tiene que ver con la realidad que el destino le planteó, ésa que cuenta su propia biografía: «Mi vida ha comenzado de una forma un poco dura, ya dentro de mi mamá tuve que comenzar luchando por mi vida, cuatro vueltas del cordón umbilical alrededor de mi cuello prometían ponerme las cosas difíciles, pero lo conseguí, no me supuso mucho esfuerzo la verdad, tenía tantas ganas de salir que no les deje que mi mama llegase a la camilla del paritorio. (...) Ya en este mundo los problemas continuaron, una hipotonía en la parte superior de mi cuerpo, no podía sujetar mi cabecita, y no pasar mi primera audiometría fueron los siguientes obstáculos a superar. (...) Parecía que todo estaba bien, pero mi mami, que como todas la mamis tienen un sexto sentido, un gen protector, un superpoder real, seguía sintiendo que algo no iba bien. Y de repente llego la noticia, un golpe que llevo a todos los que me rodean a la lona del ring que es esta vida, a todos menos a mí, yo no me voy a rendir».
Ahí está el gran Darío, el niño Darío de La Pola. El golpe que llevó a todos a la lona se llama FOP, una enfermedad ultrarrara, complicada, poco estudiada en todos y menos aún en niños... Tiene razón Darío que fue él quien no se iba a rendir, pues él, su cara de felicidad, su vida de niño trasto que no lo puede ser por su enfermedad, el niño que quiere ser astronauta fue el que empujó a sus padres, Bea y Óscar, a pensar que rendirse no era una opción. También a su hermana Adriana, que asumió que el rey de la casa debía ser Darío con absoluta generosidad.
Y pusieron entre todos en pie Por dos pulgares de nada, una asociación para recaudar fondos «por Darío... y por todos, por todos los enfermos de la terrible FOP porque todo lo recaudado va a parar a manos de la investigación». Ni un día de descanso se dieron y un día nos congregaron, con Darío allí, el motor de todo, para decir que entregaban más de 100.000 euros de iniciativas de todo tipo.
La más llamativa y exitosa (82.212 euros) fue la I Carrera del 10 del 10, con colegios de toda España. Como no se rinden nunca, como no olvidan a los enfermos de FOP, ya se anuncia la II edición, otro día 10, (el 10 de octubre) al que vuelven a invitar a todos los colegios, de cualquier parte de España, de cualquier pueblo de León, a sumarse por Darío pero para todos.
Volverles la espalda es de esas cosas que jamás se justificarían.