León es una provincia de jóvenes talentos. Personas con iniciativa, buenas ideas y ganas de emprender se encuentran en cada rincón de esta tierra. Un claro ejemplo es el caso de la berciana Laura Núñez, quien, al cumplir los 18 años en 2014, comenzó la carrera de Educación Primaria en la Universidad de León y ahora es la cofundadora de una academia de idiomas ‘online’ para niños llamada Diluu. «En la ULE todo fueron facilidades. Me acogieron muy bien, tuve unos compañeros excelentes y unos profesores buenísimos. Decidí especializarme en inglés, porque a parte de la enseñanza, lo que siempre me ha gustado son los idiomas y la música, todo lo que tenga que ver con la creatividad», confiesa.
Consciente de que al terminar la carrera en 2018 no era el momento de prepararse unas oposiciones y con la espinita de no haber realizado ningún Erasmus, Laura decidió mudarse a Londres para buscarse allí la vida y crecer tanto personal como profesionalmente. «En el extranjero casi nunca empiezas en el puesto de tus sueños, vas poco a poco escalando desde un trabajo un poco más precario hasta otro mejor pagado, siempre acercándote a lo que estabas buscando. Yo empecé en una tienda, luego entré en una guardería y después ya formé parte de la plantilla de un colegio de como profesora».
En Inglaterra fue donde conoció a Lucía Marín, una economista de Madrid que tenía la idea de crear una empresa. «A ella se le dan bien las cosas que a mí no. Lucía es buena con los números, buscando becas para trabajadores, inversiones, cosas que tengan que ver con el dinero. A mí se me da bien crear cosas que tengan que ver con las actividades, los niños, la música, el entretenimiento…», explica Laura. Y así fue como se creó este tándem perfecto buscando ayudar a las familias hispanohablantes que viven en el extranjero y cuyos hijos no consiguen practicar el castellano lo suficiente. Por esta razón unieron idiomas, niños y diversión para conseguir que los pequeños de la casa aprendan español (y recientemente también francés) de una manera amena, divertida y con estímulos visuales y sonoros.
«Lo más importante en Diluu es la diversión, porque pretendemos que los niños se diviertan en nuestras clases mientras aprenden. También buscamos la diversión para los profesores, sabemos que el sistema más tradicional de enseñanza no deja espacio para la creatividad, tienes que seguir un libro y poco más, por eso otro de nuestros valores es la innovación, no solamente queremos hacer materiales divertidos, sino también que estén diseñados para adaptarse a las necesidades de los niños de hoy. Ya no son como nosotros cuando éramos pequeños, requieren otro tipo de estímulos, necesitan aprender con un enfoque más tecnológico», desliza Laura.
Siguiendo con esta filosofía de enseñanza, cumplen su función didáctica empleando una mezcla entre la forma de aprendizaje tradicional y la más moderna. Utilizan desde materiales innovadores como ‘Kahoot’ (una plataforma que permite la creación de cuestionarios de evaluación) sin dejar de lado otros estilos más clásicos como la elaboración de distintos tipos ‘collages’.
Este año incorporan las clases de francés y están buscando profesores divertidos, extrovertidos y con buena interacción con los alumnos. «Cuanto más pequeños son los alumnos más tipo ‘show’ elaboramos las clases. Usamos marionetas, canciones, instrumentos, bailes, estímulos visuales… aunque las clases sean ‘online’, la cámara no es un impedimento para que podamos aprender, disfrutar, movernos y acercarnos a nuestros alumnos», detalla la berciana.
Aunque la seña de identidad de Diluu es ayudar a los hijos de los nativos que viven en otros países y que no dominan la lengua de sus progenitores, también dan clase a niños que quieren aprender desde cero. «Te sorprendería la de gente que vive por el mundo que ama el español y que le gustaría que sus hijos lo aprendieran, aunque ellos no tengan raíces hispanoamericanas ni españolas. Sobre todo, en países como Rumanía o en Grecia hay mucha gente que adora nuestro idioma y a mí eso me llena de orgullo», confiesa.
Además, Laura destaca la unión que existe entre idioma y cultura. «No solo buscamos que sepan hablar, queremos que estén conectados a sus raíces, que aprendan la gastronomía de los países de sus padres, las tradiciones, la música, la ropa, lugares que pueden visitar… Que sepan que siempre hay algo más donde mirar a través del idioma», remacha. En ese sentido, todo su material adicional, tanto cuentos como canciones, se encuentran en redes sociales como Spotify. Además, en su canal de YouTube cuentan con un vídeo animado de cada canción, la combinación perfecta entre las clases y los ‘shows’ de Pepe, la mascota de la empresa. También se encuentran en Instagram y TikTok subiendo contenido para fomentar el uso del español en casa con la familia.
De cara al futuro, los planes contemplan aumentar el equipo de francés y encontrar inversores que quieran formar parte de la empresa. En lo relativo al crecimiento, Laura no oculta la ilusión que le hace extender las clases para los adolescentes hasta los 14 años. Actualmente dividen los grupos por edades de 4 a 6, de 6 a 9 y de 9 a 12, por lo que este es el proyecto más ambicioso hasta la fecha. «Va a ser algo súper innovador y muy divertido. Vamos a hacer las clases enteramente a través de videojuegos interactivos en los que tienen que crearse su propio personaje con un objetivo concreto y a la vez se van contestando preguntas y se va generando diálogo para que practiquen su discurso oral y la lectura», adelanta la cofundadora de Diluu.