Una de sus prioridades desde que preside la agrupación, con más de un centenar de socios, es conseguir que los clientes paseen la ciudad y no basen sus compras solo en las grandes superficies. Pero ahora considera que la situación pone a las claras lo que pasaría si no se apoya al comercio de barrio. «Esperamos que la gente tenga memoria y le cambie la forma de ver la vida», dice «esto es un aprendizaje que nos ha venido de frente y que no es una casualidad», dice.
Templarium solicitaba hace unos días, mediante un escrito, una serie de medidas desde las que paliar los efectos de estas crisis que ha sepultado sus economías ya diezmadas «pero esperamos que nadie se quede por el camino», dice Álvarez con una llamada a la esperanza.
Ese escrito lo encabezaba la solicitud de que se prohibieran las ventas on line de los productos que no fueran de primera necesidad. «No es un ataque a nadie», justifica Álvarez, que reconoce que no hay un alto porcentaje que base sus ventas por internet «porque no se accede a nosotros con facilidad, van antes las grandes cadenas» en los buscadores.
Pero considera que en este momento hay que primar la seguridad «y se pone en riesgo a los repartidores. Se rompe la cadena del confinamiento. Reconoce que su solicitud va en esa lid «este reparto es para nosotros un peligro hacia la sociedad más que una competencia desleal», apunta. Lamenta que haya habido compradores que se les han echado encima aludiendo a que están cercenando la libertad de comprar donde les apetezca «pero solo queremos respaldar el estado de alarma», justifica.
Otra de las medidas solicitadas se basan en solicitar que el trimestre impositivo que ahora remataría, el 20 de abril, se retrase al 20 de mayo «porque las asesorías están agotadas de tramitar ERTES y no pueden con todo este trabajo. También pide que se retrase el plazo para presentar la declaración de la Renta «porque no todos los contribuyentes tienen medios online para hacerla. Lo único que vamos a hacer es obligar a los mayores, que son los que más riesgo tienen, a salir a la calle y exponerlo». Por eso plantea que se posponga hasta el mes de septiembre «cuando la situación se subsane del todo».
A las administraciones les pide que se eliminen las cuotas de los autónomos «en España hay más de tres millones que seguimos pagando nuestras cuotas y nos tienen que echar una mano como creo que lo harán, porque lo han anunciado», dice esperanzado.
Pide además que los propietarios de los locales en alquiler eximan del pago a los arrendatarios hasta que concluya el parón obligado «en Ponferrada el 80% de los comerciantes están de alquiler», apunta. La Cámara de Burgos, asegura Álvarez que ha sido la primera en adherirse a las solicitudes que formulaba Templarium en su escrito para encontrar bastones desde los que poder soportar la situación de crisis actual. Por el momento no han obtenido respuesta de otras entidades pero espera que todas se contagien de la misma iniciativa con el fin de conseguir que su propuesta salga adelante a nivel estatal.
El después
El ahora para los comerciantes significa asumir el coste de mercancía que llega a los almacenes y que no pueden ni sacar e los mismos «tenemos que pagarla pero no estamos generando dinero», lamenta Álvarez. Una situación complicada que hace temer un después.
Templarium espera que, en cuanto la situación vuelva a la normalidad, las grandes cadenas abran la mano a periodos de rebajas, por eso, entre las medidas solicitadas ha pedido que esos espacios temporales «no sean ficticios» como hasta ahora, sino que pasen a estar regulados «no se puede permitir estar de rebajas siempre porque eso nos perjudica», dice. Este año, su solicitud es que las rebajas de verano cambien las fechas y se retrasen «y no permitir que haya promociones inmediatas en cuanto se levante el tiempo de alarma».
Mientras, los comerciantes han sacado un vídeo para agradecer el esfuerzo que se está haciendo para mantener el confinamiento y estar presentes «que la gente se acuerde de nosotros y que limpien la mente para decidir volver a volcarse con sus ciudades». Álvarez considera que, para que nadie se quede por el medio, las entidades financieras deben abrir la mano «esperemos que de esa manera nadie se quede por el camino, pero esto debe acabarse cuanto antes», apunta. Y en el fin, considera que hay que «aprender a tener valores que se han perdido. Va a ser un palo muy gordo y hay que volver a empezar».
En lo que concierne a la agrupación como tal, Templarium estudiará eliminar las cuotas que deben pagar sus socios durante este confinamiento «tenemos que estudiarlo, porque son pagos trimestrales», pero el Círculo Empresarial Leonés al que pertenece ya le ha dado la avanzadilla adoptando esa medida.
Solidaridad comercial
No escapan los comerciantes de la solidaridad y las costureras de la agrupación se han puesto a funcionar al cien por cien para hacer mascarillas con las que ayudar a los sanitarios del área comarcal y a los cuerpos de seguridad. Son unas 30 personas detrás de las máquinas que ya han entregado las primeras. «Es nuestra forma de ayudar y también de agradecer lo que se está haciendo», explica Álvarez.