Cuando en Prioro le conceden a alguien la categoría de «tío» es que ya ha llegado muy arriba en el escalafón de la consideración de las gentes de este pueblo hacía aquel que llaman tío.
Y Elías Rodríguez fue durante muchos años, hasta su fallecimiento, Tío Elías, un nombre pronunciado además con mucha reverencia y cariño había este veterano vecino que se ganó el cariño de todos por su carácter afable, su dominio del lenguaje y haber dedicado los últimos años de su vida a algo tan necesario como preservar los nombres de todos los rincones, caminos, bosques, fuentes... con unas tablillas hechas con sumo cuidado y colocados por Prioro.
Cuando falleció, uno de los vecinos amante de todas las tradiciones de su pueblo, el maestro Carlos Cuenya, se hizo la pregunta que todos estaban pensando: «Y ahora, ¿quién pondrá nombre a las cosas que conocimos?»;y el luchador Rodrigo Fuentes, La Perla, gran admirador de Elías Rodríguez abundaba en la reflexión: «¿Y quién nos las contará con las palabras que usaba Tío Elías».
Y es que lo primero que te fascinaba al hablar con este afable paisano, el Prioro Tío Elías, era su carácter tranquilo, la pulcritud de un lenguaje antiguo y las ganas de enseñarte hasta el último rincón de su pueblo, pues aprovechaba el texto de cada cartel que encontrábamos para una explicación y una historia.
- ¿Aquí he puesto el sestil, ustedes saben lo que es el sestil? Pues donde sesteaba el ganado y como Prioro es un pueblo grande pues tenía varios; yo he puesto los carteles del sestil del Cásparo, de este otro lado el sestil del Sotillo; encima de el del Sotillo estaba el sestil de los corderos y debajo el de los chivos...
Y cada cierto tiempo nos recordaba. «Tenemos que ir a ver el chorco y corral de lobos de los lobos, queda un poco lejos pero ¿si podrán subir?»; preguntaba él que entonces tenía 87 años.
Y aunque Tío Elías repetía que había ido solamente a la escuela, curiosamente te daba explicaciones fruto de su interés por la lectura y aprender, conocer. Te hacía las recomendaciones con mucho tacto. «Verán que he escrito sestil con ese y no con equis, porque nada tiene que ver con el sexto, por un decir, sino con sestear. Estas cosas se entienden mejor en este otro cartel que vamos a ver. Si yo le digo la boyería ¿como los escribiría?».
- Bollería, con doble ele.
- Pues ya lo ve; boyería, con y griega, porque es un lugar de bueyes y no de bollos.
Los nombres que Elías Rodríguez fue escribiendo en las tablas de madera son todo un tratado de palabras bellas, pagos del pueblo, información: , Repenedo, La Mansa, el Valle de San Pelayo, El Amanadero, Paso a las Socabadas, la Boyería del Codijal... hasta unos 120 que ahí quedaron para recordar a generaciones venideras que Tío Elías dejó un excelente legado de conocimiento, desde que con más de 80 años «diera en pensar»que igual se olvidaban estos nombres que tanto significaron para los que vivimos aquellos tiempos. Empecé por la fuente de la Ortiga, que está cerca del nacimiento del Cea, después la de Los Molinos, la Canalina...pero creí que había árboles muy singulares que me pareció que merecía la pena ponerle el nombre, como el Roblón de Valdelarcos, que es tremendo, y queda en dirección al puerto de Mental».
Con cada nombre una historia y hasta alguna broma se permitió este querido vecino de Prioro.
- ¿Lo de paso de agua?
- Bien viene recordarlo, que quienes estuvimos por el monte con los pies mojados bien sabemos que sería bueno evitarlo.
- ¿Yel Valle de los jubilados?
- No se llama así, claro está, pero ocurre que cuando regresan al pueblo y salen de paseo casi todos lo hacen por este valle...».
Yremata con un «son muchos nombres. Es que Prioro es muy grande, 200 vecinos tuvo, que serían mil personas. sacante Guardo y Cistierna, fuera el mayor de todo el entorno».
Irrepetible, inolvidable Elías Rodríguez, orgulloso Tío Elías.