«La inauguración fue precipitada y la estación de autobuses tiene carencias». Así de contundente se mostró ayer el sindicato USO de conductores de Alsa en un comunicado en el que denunciaron fallos «de diseño que no solucionan los problemas existentes». En primer lugar, la Unión Sindical Obrera lamentó que tendrán que girar desde el segundo carril porque el autobús no libra para entrar, lo que crea riesgo de accidente». Además, «el carril central en la estación se ha reducido al ampliar la zona de espera y hay menos zona para hacer maniobra».
Por otro lado, añadieron que habrá una sola puerta de acceso para los viajeros, al eliminarse las que dan al Palacio de Deportes y a los Juzgados, «provocando que haya que recorrer todo el edificio». «Se han reducido los andenes de 30 a 16», añadió USO en el comunicado, de manera que hasta que no se reformen las dársenas pendientes en la acera de enfrente, «algunas empresas se verán obligadas a compartir andén o a parar en doble fila». Además, el sindicato denunció la falta de remates pendientes «en un momento de gran movimiento de viajeros y «el exceso de logos de la Junta».
Cabe recordar que la Junta ha invertido casi siete millones de euros en unas obras que se han prolongado algo más de dos años. A la inversión inicial, habría que añadir otros ocho millones por la gestión de la instalación durante dos décadas a través de Somacyl. El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, aseguró en la inauguración que esta reformada estación de autobuses de León es «moderna y funcional» y está «a la vanguardia de la comunidad y de España». También confirmó que se abastecerá energéticamente de la red de calor que la Junta implantará en Puente Castro.