Pero la mujer era además la presidenta de la Diputación y el PP de León, Isabel Carrasco, y no estaba herida, estaba muerta. Su cuerpo estaba tendido en medio de la pasarela que unía la avenida en la que vivía con la sede de su partido. A tan sólo unos metros la estaban esperando sus compañeros de partido para irse a Valladolid a un mitín de Mariano Rajoy, faltaban apenas unos días para la celebración de las Elecciones Europeas.
Fue cuestión de minutos que saltara la noticia. «Asesinan a Isabel Carrasco». Y el entorno de la pasarela comenzó a llenarse de amigos, enemigos y curiosos. Nadie daba crédito. La mujer más poderosa de la provincia de León había sido asesinada a plena luz del día, a medio camino entre la casa de Isabel y el feudo de ‘la Carrasco’. La mujer de los ‘13 sueldos’, la que había mandado a Bibiana Aído a estudiar el mapa del clítoris, una mujer mediática y polémica cuya fama excedía las fronteras del territorio que gobernaba.
Y si poco tardó en extenderse la noticia, menos aún la rumorología. En los corrillos que se agolparon a un extremo y otro de la pasarela empezaron a circular las verdades (o mentiras) a medias, las especulaciones y los «a mí me han dicho». Así, en un primer momento se dijo que Carrasco había muerto a manos de unos sindicalistas encapuchados. Pero no pasó demasiado tiempo hasta que se supo que dos mujeres, madre e hija, vinculadas al Partido Popular, habían sido detenidas por su presunta implicación en el crimen.
El suceso era absolutamente rocambolesco. Pero todavía había más. Se hablaba de una tercera persona implicada que resultó ser una policía local detenida más de 30 horas después. Una agente que incluso había participado en el dispositivo de seguridad del funeral de la política en la Catedral de León, al que asistieron, entre muchas otras personas, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y su antecesor, José Luis Rodríguez Zapatero.
Han pasado ya tres años de aquella tarde y las tras acusadas del crimen se encuentran entre rejas. Pero no hace tanto que León superó el impacto. De hecho, Isabel Carrasco todavía no ha sido sucedida formalmente al frente del partido. De hecho puede ser hoy mismo cuando se conozca el nombre del próximo presidente electo del PP leonés (si sólo Juan Martínez Majo concurre como candidato al XIV Congreso Provincial del 10 de junio). O no, pues la falta de consenso en la lista podría conllevar que le salga un rival, Ricardo Gavilanes, el predilecto de Carrasco, por lo que habría que esperar a conocer el nombre del presidente popular leonés. Hasta ahora, Eduardo Fernández, el que fuera secretario del partido en los tiempos de Carrasco, ha asumido el cargo de forma transitoria y circunstancial.
El juicio
Montserrat González y Triana Martínez, la madre y la hija detenidas por el asesinato de Carrasco, eran además esposa e hija del inspector jefe de la Comisaría de Policía Nacional de Astorga. Triana había trabajado en la Diputación provincial y Carrasco había pasado de ser su madrina a ser su pesadilla. Parecía un culebrón sacado de la pantalla a la vida real.La madre no tardó en confesar, y volvió a hacerlo en el juicio sin titubear: «La maté y volvería a hacerlo, no me arrepiento, era ella o mi hija». Con frialdad, sin agachar la cabeza, sin el más mínimo sentimiento de culpa, trató de convencer de que tenía motivos para cometer un hecho injustificable, arrebatarle la vida a una persona. Un crimen con el que no sólo arruinó la vida de la política, sino también la de su hija, que según consideró probado el jurado popular en el juicio que, durante un mes, se celebró a principios del pasado año, colaboró de forma necesaria en el asesinato. Ellas lo han negado. Según su versión la única responsable fue la madre.
En todo caso, más controvertida fue la participación de la policía local, Raquel Gago, en el supuesto plan del asesinato. Durante las cuatro semanas de juicio, que volvieron a colocar a León en el foco de la noticia, las dudas sobre Gago fueron en aumento. No había pruebas directas contra ella. Madre e hija la exculparon. Un tribunal la había dejado en libertad condicional ante esa ausencia de pruebas directas. Pero decidió el jurado popular. Nueve hombres y mujeres que decidieron que Raquel había participado en el crimen como las otras dos mujeres. A día de hoy las tres cumplen condena a la espera de saber si el Tribunal Constitucional aceptará revisar su caso o no. Aunque más larga, eterna, es la condena de Isabel Carrasco, que murió asesinada a los 59 años de edad.