En las actuales elecciones a rector de nuestra Universidad, es la primera vez que no he tomado partido público por ninguno de los aspirantes.Aunque tenía un gran respeto por el profesor Chamosa y por la mayoría de las personas que le acompañaban en su candidatura, mi voto fue un voto por el cambio.
Después de todo, para mí, la candidatura del profesor Chamosa era continuista y le acompañaban personas que a lo largo de estos ocho años me han demostrado fehacientemente su sectarismo y su falta de escrúpulos. Si algo no puede ser la Universidad es sectaria, y si algo debe irradiar la Universidad es un comportamiento ético.
Debido a que ya tengo una cierta edad presidí la mesa de Personal Docente e Investigador Doctor en el Campus de Ponferrada. Mientras que entre interventores y apoderados del profesor Chamosa sumaban al menos ocho personas, las del profesor García Marín se reducían a la unidad.
La visibilidad de los interventores y apoderados del candidato Chamosa era relevante y profesores del Campus afines a este candidato se sentaban en los lugares donde votaban los alumnos y allá donde les parecía bien.En ningún momento viví eso como una forma de intimidar o facilitar el voto al candidato en cuestión. La jornada que yo viví fue de respeto y de consideración hacia todos los que allí nos encontrábamos.En la mesa de los alumnos, Marín obtuvo 197 votos yChamosa 24.
Terminadas mis funciones en la mesa me fui para mi casa sin prestarle mayor atención a los resultados electorales. Para mi sorpresa (la verdad, no lo esperaba) ganó el profesor García Marín por un ajustado margen. Me alegré por el resultado pero, a la vez, sentí una cierta pena por algunas de las excepcionales personas que estaban en la otra candidatura. Pero bueno, esto es así, y pensé por un momento que desde el respeto a las opciones individuales ahora todos apoyarían al nuevo rector y un nuevo tiempo se abría a nuestra Universidad.
Craso error. El profesor Chamosa denuncia presiones a los alumnos y solicita una segunda vuelta con argumentos a mi juicio peregrinos. Segunda sorpresa. La Junta Electoral quita la razón, por el voto de calidad del presidente, al profesor Chamosa en primera instancia... pero en segunda instancia se la da. ¿Cambiaron los argumentos? No. ¿Qué cambió? El tiempo de presión.
El propio presidente de la Junta Electoral, todo un señor catedrático, denuncia presiones sobre la Junta Electoral. En la Junta Electoral hay dos alumnos, muy bien identificados y conocidos. Estos dos alumnos, desde el primer momento, defendieron el recurso del profesor Chamosa. ¿Se presiona a un catedrático... y no se presiona a dos alumnos?
El profesor Chamosa denunció presiones a los alumnos... Presionar a 5.000 alumnos es complicado...a dos es muy fácil. Hay un refrán que dice que ‘el que la hace, la teme’.
En otro orden de cosas, siempre me ha admirado la facilidad con la que los órganos colegiados, en nuestra Universidad, votan amparados la masa;es decir, piensan que la mayoría legitima la decisión tomada, sea legal... o no.
No es infrecuente el pasar por encima de la legalidad, que es la base de la democracia, a sabiendas, amparándose en que es lo que votó la mayoría. La verdad que esto no es un mal exclusivo de nuestra Universidad, sino mas bien de nuestro país.La única manera de resolver esto, a mi juicio, es la petición de responsabilidades individuales a los que votan de manera ilegal a sabiendas, es decir, a los prevaricadores. En el caso que nos ocupa, tres personas han emitido un voto particular en el que ponen de manifiesto la ilegalidad cometida por admitir la segunda vuelta. Se entiende que los otros cuatro votantes, y también la persona que se abstuvo, estaban al corriente de lo que estaban haciendo.Bajo mi punto de vista, a estas cinco personas se les debe pedir responsabilidades. A cuatro, responsabilidades por prevaricar; y la quinta, la que se abstuvo, debería dimitir por no ser competente para el puesto que ocupa. Los cargos son responsabilidad, no escaparates.
Pero ahora queda la segunda vuelta, una segunda vuelta injustificada, innecesaria e ilegal. Y en esta ocasión no me mantengo al margen, no puedo ni debo mantenerme al margen, por ética y por estética. Estoy claramente con el profesor García Marín y pido su voto para él y su equipo. Para desagraviar la ofensa, para que haya Justicia. Debemos contribuir a lavar la afrenta con votos.
Vicente Martín es profesor titular de Medicina Preventiva y Salud Pública. Universidad de León
TRIBUNA: 'Sobre las elecciones a rector de la Universidad'
Vicente Martín
05/04/2016
Actualizado a
01/09/2019
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