Triste favor al leonesismo

Decía Luis Mateo Díez que "el viaje es un estado del espíritu en el que impera la capacidad de sorpresa". Pese a la sabiduría del gran escritor lacianiego, lo cierto es que, ahora, para que un viaje te sorprenda, tienes que llegar hasta algún remoto lugar del que no hayas escuchado y comparado comentarios ni hayas visto fotografías ni vídeos de influencers en posados imposibles. El estado del espíritu en el que impera la capacidad de sorpresa en nuestro tiempo no es otro que la política, en la que también hay influencers dispuestos a asumir el mayor de los ridículos a cambio de unos cuantos ‘me gusta’.

A los leoneses nos ponen a prueba la capacidad de sorpresa día sí y día también. Y eso con sólo mirar al presente, que si empezamos a contar batallitas el guion entra en el territorio del culebrón. Así, vemos que el PP se ha decantado por una candidata escapista a la que arropa una lista de desconocidos y algún veterano del partido, y que PSOE presume ahora de un alcalde al que quiso eliminar precisamente por no hacer lo que decía el PSOE. A él se encomienda, con todo su cuajo, para salvar la que ya se conoce en la calle como 'Diputraición Provincial', que los socialistas tienen perdida: en el mejor de los escenarios, por muchos votos que les traiga la veleta de Cabreros del Río, llegarían a repetir los resultados de 2019, y su retahíla de mentiras y traiciones, su incapacidad para gastar los 160 millones que encontraron en caja, impedirá que ningún partido quiera pactar otra vez con ellos.

Quien ya ha anunciado que no volverá a pactar con el PSOE en la 'Diputraición' es la Unión del Pueblo Leonés, que se presenta a estas elecciones con las mejores expectativas y con la posibilidad de ser llave en las principales instituciones. Tan buenas son las expectativas del leonesismo que, como suele ser habitual cuando asoman las urnas, ya han manifestado fugaces brotes leonesistas la mayoría de nuestros políticos y han nacido partidos que pugnan por ese espacio electoral, como es el caso de Alantre o como antes fueron Pal-UL o Conceyu.

En el caso de Alantre, su candidato al Ayuntamiento, el ex de Podemos Nicanor Pastrana, volvió el pasado domingo a poner a prueba nuestra capacidad de sorpresa protagonizando un ‘desnudo’ en la Plaza Mayor que, según él, era una metáfora de que "Valladolid nos está dejando en bragas". Menos mal que es poeta y se supone que sabe de metáforas. Pastrana ya había dado síntomas de frikismo al jurar su cargo como concejal por Ubuntu (palabra que no viene del leonés, sino del zulú) pero su episodio del domingo resulta especialmente ridículo, por mucho que sienta la impetuosa necesidad de llamar la atención y que quiera dar a conocer su candidatura y su partido. En Valladolid, además de dejarnos en bragas, hacen palmas con las orejas al ver su fotografía en calzoncillos, los que saben de qué va el tema porque ven que el leonesismo se divide y, los que no, porque piensan que todos los leonesistas son como él. Lo suyo es un triste favor al leonesismo... y a sí mismo.