El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) ha desestimado íntegramente el recurso presentado por un varón que fue condenado por la Audiencia Provincial de León por un delito de continuado de estafa. En la sentencia ahora ratificada –que le imponía una pena de siete años de prisión– se consideraba probado que el hombre, vecino de la víctima, conocía su delicado «estado mental» y se aprovechó de ello para que esta le entregara 286.692 euros creyendo que invertía «en el banco del cielo». La mujer, según el escrito, presentaba «una alteración en el contenido del pensamiento en forma de ideación delirante místico religiosa y megalomaníaca que alteraba en su totalidad su capacidad de juicio y decisión, puesto que la situaba fuera de la realidad». «Sus exageradas ideas religiosas» le hacían incluso considerarse «santa» y él, sabiendo este extremo, «maquinó la posibilidad de hacerse con todos sus ahorros».
Para ello hizo creer a la anciana «que nuestro señor Jesucristo» o la virgen María la llamaban para que invirtiera en el «banco del cielo», porque en él le rentaría más su dinero y podría incluso construir allí una casa. Para ganarse su confianza se explica que escenificaba conversaciones en su tienda o al teléfono, cambiando o alterando su voz y haciendo creer a la mujer que estaba hablando con su madre fallecida, Dios o la virgen María, presionándola, según se indica, «al decir que iba a matar a sus hijos o a hacer desaparecer el dinero depositado en el cielo» si les contaba que le estaba dando el dinero. Con esta artimaña consiguió que entre enero de 2013 y diciembre de 2019 le entregara un total de 286.692 euros hasta dejarla sin saldo en sus cuentas e hizo que contratara incluso «varios préstamos bancarios con el único fin de entregar su importe total al acusado» y atender las peticiones que este le hacía simulando ser «nuestro señor Jesucristo, Dios» o «la Virgen María».
Fueron los familiares de la víctima los que descubrieron la situación y, en diciembre de 2019, en una visita al acusado en su tienda en la que estaban los dos solos la mujer grabó la conversación que mantuvieron, en la que él simuló ser «un ser celestial, cambiando y/o usando distintas voces». En esta charla le dijo que «no podía servir a quien no tenía dinero» y le preguntó «a quién iba contando cosas». Llegó a advertirle que «una palabra que digas y te mato a los hijos», que sabía que le mentía porque era Dios y que la iba a «castigar» por ello.
El acusado, tal y como se recoge en el fallo, incorporó a su patrimonio las cantidades que ella le fue entregando sin haber llegado a devolver nada a la anciana, que perdió «todos sus ahorros, quedándose solo con las mensualidades de su pequeña pensión de las que no pudo apoderarse el acusado al descubrirse los hechos».
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha desestimado íntegramente el recurso de apelación interpuesto por el condenado alegando haberse vulnerado su «derecho a la presunción de inocencia» y un «error en la valoración de la prueba» y ha confirmado la sentencia de la Audiencia Provincial, contra la que cabe todavía recurso de casación por infracción de ley y por quebrantamiento de forma. Además de a siete años de cárcel, la Audiencia también condenó al acusado a una multa de 19 meses con cuota diaria de seis euros y, en concepto de responsabilidad civil, se estableció que debía indemnizar a la anciana en la cantidad de 286.692 euros, además de imponerle las costas causadas, incluidas las de la acusación particular.