Gallego critica que no se mejoren los viales a Palacios o a Carracedo de Compludo, ambos en muy mal estado y dañados por las últimas tormentas sin que nadie escuche sus demandas. Sin embargo, sí se prevé crear un aparcamiento en la entrada de la herrería de Compludo, con el fin de facilitar el turismo.
Gallego insta a las administraciones a mirar de cara a la naturaleza y entender los cambios de uso que se están produciendo en el suelo, el cambio climático, que no es algo nuevo, y lo que ha afectado a los pueblos la despoblación.
Mirar los grandes robledales como único paisaje da una idea de ello, una visión en panorámica que solo tienen aquellos que se acercan a Palacios, que, lamenta, no son las autoridades que podrían poner medidas para conseguir un desarrollo que tiene que ver con la conservación de la arquitectura tradicional en la que se han esforzado los habitantes que siguen apostando por sus pueblos y los espacios naturales en los que plantan árboles de nuevo.
Desbroces mimados
Entre las actividades que Tyto alba realiza anualmente se enmarca la jornada de voluntariado ambiental que se realiza este sábado 10 de agosto en la Reserva de Palacios de Compludo y que se hace al lado del Ayuntamiento de Ponferrada.
La intención es que esa jornada sirva para desbrozar la mitad de la ruta Valle del Oso, un trayecto circular de cuatro kilómetros que la agrupación utiliza para mostrar una zona con varios ecosistemas y donde se pueden ver los diferentes usos tradicionales que el hombre ha realizado en esos suelos. Además, en esta ocasión colocarán un banco de madera después de una subida, con la intención de que sirva de mirador y descanso para el caminante.
Tyto alba espera reunir a no más de una veintena de personas de la agrupación, fundamentalmente, para realizar estos trabajos que escogen realizar ellos mismos «porque las brigadas que deben hacerlo no tienen formación y desconocen lo que hemos plantado en las zonas. Arrasan con plantas o con árboles que hemos replantado sin darse cuenta», explica Gallego. Esa ruta ya es un exquisito expositor con señalizaciones adecuadas al entorno y cajas nido para las aves.
En octubre habrá nuevas iniciativas de este tipo y en septiembre se espera la llegada de expertos internacionales a la reserva para conocerla.
«Empieza a notarse el miedo»
El responsable de Tyto alba cruza los dedos para que este mes de agosto no se reproduzcan los grandes incendios que han obligado a apretar los dientes a la sociedad berciana en anteriores ocasiones, como sucedió con el gran fuego de la Tebaida, aún sin resolver, pero que se llevó por delante, en abril de 2017, más de mil hectáreas, en parte, 300 hectáreas, de los Espacios Naturales Protegidos, Montes Aquilanos y Sierra de Teleno.
Gallego señala con el dedo a los ganaderos como principales autores de los fuegos «aunque los hay muy respetuosos, en la mayor parte de las ocasiones son ellos los autores», pero ve que cada vez hay más miedo «se teme la vigilancia y las denuncias. Es triste que se actúe por miedo pero es así».
De todos modos, advierte que los principales incendios, el 95% de ellos intencionados, se producen en agosto «ahora está más seco y se sabe que se hace más daño», por lo que lanza un «ojalá» para que no se tiña el monte de color negro.