"UCCL no tiene padrinos políticos, nuestro patrimonio solo son los votos"

Entrevista al presidente de UCCL en León, Juan Antonio Rodríguez, de cara a las elecciones agrarias del próximo domingo 12 de febrero

Alejandro Rodríguez
02/02/2023
 Actualizado a 02/02/2023
El presidente de UCCL en León, Juan Antonio Rodríguez. | A. RODRÍGUEZ
El presidente de UCCL en León, Juan Antonio Rodríguez. | A. RODRÍGUEZ
Tras renovar en diciembre de 2022 su cargo como presidente de UCCL en León, Juan Antonio Rodríguez, afrontas las elecciones agrarias del 12 de febrero defendiendo la «independencia política» de su opa.

– ¿Cómo valora la gestión de las administraciones con el sector agrario desde el último proceso electoral de 2018?
– La gestión del sector agrario es totalmente continuista. No han efectuado en ningún momento un presupuesto acorde, es decir, falta dinero en el sector agrario o lo que se merece. Prácticamente no hay ninguna política que favorezca al sector y, desde luego, deja mucho que desear. No hay ninguna política valiente que incentive y ayude para que haya un relevo generacional.

– ¿Qué espera de la nueva PAC que ha entrado en vigor este año? ¿Ve necesario algún cambio?
– La nueva PAC es una norma que no estamos nada de acuerdo con ella. Es una PAC restrictiva y que ya se ha quedado vieja. Llevamos siete años hablando de esta PAC, teníamos esperanzas en ella pero no ha habido valentía política. El Ministerio de Agricultura ha decidido que la PAC la cobremos todos en lugar de los profesionales del campo. Supone un montón de restricciones medioambientales que van a significar que vamos a dejar de producir un 30%. Con la que está cayendo, que estamos en un auténtico caos de hambre en el mundo, en Europa deciden cuidar el medio ambiente. Esta PAC tendremos que modificarla, hasta el propio comisario europeo de Agricultura ha dicho que habrá que adaptarse a nuevos cambios. Ya se ha empezado a hablar de la PAC a partir de 2027 y entre todos debemos modificarla para que sea más benévola y no tan dañina como va a ser en esta provincia.

– La gestión del agua sigue siendo una de las principales preocupaciones del campo para evitar problemas a la hora del riego, ¿cuál es su propuesta para mejorar algunas situaciones de déficit hídrico?
– En León hay 23 ríos regulables y hay regulados cinco o seis. Es necesario regular más ríos. No digo hacer grandes pantanos, pero sí regular los ríos porque el agua va a ser el futuro y lo tenemos bien claro. Es el oro de los próximos años. Estamos viendo los cambios climáticos y nadie puede entender que en una provincia con tantas posibilidades no se estén haciendo algún tipo de regulaciones o proyectos.

– La modernización del regadío sigue avanzando en la provincia… ¿Cree que es suficiente para garantizar el relevo generacional?
– La modernización es un aspecto importantísimo. Se ha hecho una apuesta muy grande y tenemos que continuar porque quedan muchas hectáreas pendientes. No hay otro mecanismo más que ese, pero lo que tenemos que hacer, además de seguir haciendo más modernizaciones o la legalización de la Valduerna, así como actualizarnos con concentraciones y nuevas tecnologías, es afianzar las existentes. Ahora mismo tenemos en el Páramo y en otras zonas modernizadas un futuro grandísimo, pero hay que asegurarlas vía Boletín Oficial con dobles tarifas, con energía barata o con alguna excepcionalidad para que puedan seguir siendo rentables porque lo que no pueden es estar al amparo de lo que marque el mercado. Un día la energía la cogemos a 40 euros el megavatio y el año pasado la hemos pagado a 300. Esto lo tenemos que atenuar y ahí tiene que estar la administración vía Boletín Oficial para hacer de esto un sector estratégico.

– León se ha convertido en la mayor productora de maíz del país, relegando otros cultivos tradicionales como la remolacha. ¿Puede afectar en el futuro esto al sector?
– Esto nos lo están imponiendo. La nueva PAC nos está diciendo lo que tenemos que sembrar, cómo lo tenemos que sembrar y cuándo lo tenemos que cosechar. Antes era una agricultura libre en la que cada uno sembraba lo que más le convenía en función del precio que podía coger por ello, pero ahora mismo estamos obligados por la PAC a rotaciones. En León, nadie puede entender porque nos obligan a rotar el maíz porque encima nos hemos hecho unos auténticos expertos en este cultivo que cada vez funciona mejor. Es mucho mejor medioambientalmente y el Ministerio está ajeno a la realidad diaria del campo, lo único que hace es poner medidas que no se pueden llevar a cabo y que van a afectar mucho en el futuro del sector en León porque, además, somos un país dependiente del exterior ya que importamos el 50% de cereales y maíces. Por eso, no se entiende que no te dejen producir un cultivo del que somos deficitarios.

– Los precios siempre son un quebradero de cabeza para agricultores y ganaderos… ¿Cómo ve la situación actual y qué medidas propone?
– La situación de los inputs es inasumible. Han subido muchísimo, más del 40%, cuestiones energéticas, semillas, gasóleo, la luz, etc. Tiene que haber unos criterios y unas excepciones en ese sentido, es decir, se tiene que aplicar la cadena de valor. Creo que de una vez por todas se tienen que juntar la Administración, con el sector, la industria y la distribución y que la Administración fije de una vez por todas unos costes oficiales de producción y que nadie pueda vender por debajo de esos costes que estamos dispuestos a asumir. Si no, por poner un ejemplo, seguiremos viendo sectores como el de la leche vendiendo a pérdidas.

– Hablando de ganaderos… el lobo es un tema que no deja de estar encima de la mesa por sus ataques. ¿Por dónde pasa la solución?
– La situación actual del lobo es una nueva desfachatez de las administraciones, y no solo el lobo, de toda la fauna silvestre que está descontrolada cada vez más y es motivo de muchas enfermedades. Desde luego que tenemos que aprender a convivir con el lobo, pero de una forma regulada y controlada. Tiene que haber unos precios justos para los daños de los ataques y el mayor problema que tienen los ganaderos de zonas de montaña es que viven pendientes cuando llegan a su nave de ver si ha ido el lobo o no. Hasta hace poco la ganadería y el lobo convivían perfectamente. Ahora son medidas ideológicas y para nada están sustentadas en cuestiones científicas. Hacen falta políticas valientes y eficaces.

– Las elecciones agrarias han quedado para medir la representatividad de las organizaciones porque la Cámara Agraria se ha quedado prácticamente sin competencias. ¿Ve sentido que se mantenga esta institución?
– Es una institución que realmente no existe, solo queda el nombre. No tiene ningún cometido y a los profesionales no les soluciona nada. En León hay asociación paralela para asesorar a las juntas agropecuarias locales que es totalmente privada. En su día estas elecciones eran para elegir la Cámara Agraria, pero ahora es una consulta para medir la representatividad. Y en este sentido, UCCL es la única opa que quiere elecciones porque hemos apretado a las administraciones. Ni Asaja ni la Alianza quieren elecciones porque ellos tienen sus padrinos políticos que los ponen y los llevan donde ellos quieren. Nosotros no tenemos padrinos políticos, nuestro patrimonio son los votos que tenemos para presentarnos ante la Junta y para llevar las reivindicaciones de los agricultores y ganaderos.

– ¿Por qué motivo habría que votar a su organización y no a las otras?
– Porque somos una organización totalmente independiente políticamente. Creo que ahora mismo somos la única organización agraria que existe en la provincia, las otras se han convertido en auténticas gestorías. Podemos presumir de ser participativa y muy reivindicativa porque llevamos la voz de los agricultores y ganaderos a las administraciones. Somos la única opa que a nivel nacional ha llevado una propuesta al Ministerio para que la PAC fuera a favor de los agricultores y ganaderos a título principal, de los profesionales. Las otras opas no han sido capaces de ponerse de acuerdo en una postura común y lo único que dicen es una cosa en Castilla y León, otra en Valencia y otra en Andalucía. Ahora todos se ponen de acuerdo, pero de boquilla, pero cuando hay que pelear, no.
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