Un año después, los primeros refugiados sirios que acogió León empiezan a independizarse

El periodo en el centro de acogida podía prorrogarse hasta un año y ahora comienzan con la fase de integración con la gestión de su propia vivienda

I. Herrera
27/08/2017
 Actualizado a 18/09/2019
Darío, Natalia y Noelia, tres de los diez trabajadores con los que cuenta Accem en León y que han trabajado directamente con los refugiados. | DANIEL MARTÍN
Darío, Natalia y Noelia, tres de los diez trabajadores con los que cuenta Accem en León y que han trabajado directamente con los refugiados. | DANIEL MARTÍN
El verano pasado León recibía a sus primeros refugiados sirios tras el acuerdo europeo para el reasentamiento y reubicación de las decenas de miles de personas que habían salido huyendo de su país, principalmente de Siria por la cruenta guerra civil. Fue en 2015 cuando la situación de crisis migratoria y humanitaria empezó a copar los titulares de los medios de comunicación y las fotografías de las portadas. Desesperación y tragedia y un flujo descontrolado de inmigrantes y cadáveres por vías irregulares que obligaban a la Unión Europea a tomar medidas para abordar la peor crisis migratoria y humanitaria tras la Segunda Guerra Mundial. Y empezaron a asignarse los cupos, por países, por comunidades y por provincias. León dio muestras de su generosidad y buscó, adecuó y ofreció un buen número de recursos. Pero la burocracia fue más lenta que la imperiosa necesidad que clamaba en los campos de refugiados y los primeros no llegaron a la capital hasta finales de junio de 2016. Dos familias sirias, una de cuatro miembros y otra de cinco, procedentes del Líbano que llegaron a Accem a través del programa de reasentamiento. Poco después llegó una tercera y, en el mes de diciembre lo hicieron otras dos, éstas del programa de reubicación, que venían de un campo de refugiados de Grecia. En total, Accem León ha atendido en el último año a 23 personas en el marco de estos programas coordinados por Europa.

Desde que Accem iniciara su actividad en León en 1992 ha atendido a 725 personas de 68 nacionalidades diferentes Darío Corrales es trabajador social en el centro de acogida de Accem León, donde ha tratado con estas familias, algunas de las cuales han cumplido ya su primer año de estancia en la capital del Bernesga. Según el protocolo de actuación definido desde Europa, se han detallado tres fases de actuación con estos refugiados. La primera es la estancia en los centros de acogida –6 meses prorrogables a un año, que es lo más común–, la segunda, que es en la que empiezan a entrar ahora estas personas, pretende procurar un poco más autonomía a los realojados. Ellos tienen que buscarse su propio piso, administrar sus propios gastos... con la tutela de la organización, por supuesto.

Hay que tener en cuenta, como apunta Noelia Díez, responsable del programa de Voluntariado y trabajadroa social de Accem León, que todas las familias que están recibiendo por esta vía de la reubicación y el realojo vienen con ciertos problemas médicos que es lo primero que tienen que abordar. "Los primeros a los que desalojan de los campos de refugiados son esas personas en especial situación de vulnerabilidad". De este modo, la prioridad es prestarle asistencia sanitaria, ya luego empiezan a darles a conocer el lugar al que han venido, se les introduce en el idioma, se escolariza a los menores intentando que participen en actividades extraescolares...

Ellos, los más pequeños, suelen ser los que mejor se adaptan, tanto al idioma como a la vida leonesa. Y desde Accem destacan que todos los centros escolares que han acogido a los menores de estas familias refugiadas han mostrado no sólo una total disposición, sino también implicación a la hora de trabajar este asunto en las aulas. Disposición y agradecimiento que hacen extensible a todas las administraciones públicas. Y a la sociedad leonesa en general, pues creen que está muy sensiblizada con este problema y, al menos en sus carnes, no han presenciado situación de racismo o conflicto alguna.

Mal antiguo


Pero aunque la crisis migratoria desatada sobre todo por el conflicto sirio ha colocado este problema en la agenda política y en la opinión pública, recuerdan que los asilados y refugiados no se han ‘inventado’ ahora. Concretamente Accem (Asociación Comisión Católica Española de Migración) lleva trabajando en León con este colectivo desde julio de 1992, cuando ponía en marcha el Servicio de Acogida Temporal para solicitantes de Protección Internacional. Entonces disponían en León de 18 plazas, y a lo largo de estos años han atendido a 725 personas de 68 nacionalidades diferentes. Posteriormente se amplió el servicio a 22 plazas y, desde 2016, cuenta con siete pisos de acogida para un total de 39 plazas, todas ellas ocupadas e incluso con lista de espera. Algunos años como en 2005, además del Centro de Acogida para solicitantes de protección internacional, se añadieron plazas para atender usuarios inmigrantes, principalmente procedentes de Canarias, así como para primera acogida de solicitantes de protección internacional. A partir de 2012, empezaron a trabajar con familias de programas de reasentamiento y desde 2015 con familias sirias de reasentamiento procedentes de Líbano y, en 2017, de reubicados procedentes de Grecia. Las nacionalidades que destacan en número en estos 25 años, desde 1992, son Colombia, con 77 personas, Siria, con 68 y Armenia, con 57.

Actualmente la organización cuenta en León con 39 plazas en pisos de acogida que están ocupadas al 100% La decena de trabajadores con los que cuenta la asociación en León –más la imprescindible labor que realizan los voluntarios– atienden a una media de 50 personas al día en la sede de la calle de la Anunciata, en Trobajo del Camino.

Hasta Accem, además de los integrantes de los programas de reubicación y realojamiento ya citados, llegan los solicitantes de asilo derivados del Ministerio de Interior y los que llegan directamente a sus oficinas para pedir este amparo, «ultimamente muchos de Venezuela y Ucrania», apunta la abogada de Accem, Natalia Cañizo.
Los motivos que les acaban llevando hasta esta asociación son muchos y variados: «Personas que huyen de sus países en guerra (como Siria o Ucrania), personas que vienen por motivos de orientación sexual, hemos tenido casos de mutilación genital, persecución por motivos religiosos... y luego están también los que todo el mundo tiene en la mente cuando se habla de asilo, los motivos políticos, pero no son para nada los únicos».

Una cosa curiosa... lo que más les llama la atención cuando llegan a la sede de Accem en León es el mapamundi que preside la sala, «sobre todo a los más pequeños, les encanta buscar su bandera».
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