Tanto el FBI como la Policía de Nueva York están investigando el atropello como un caso de terrorismo. El alcalde la ciudad, Bill de Blasio, compareció en rueda de prensa poco después del ataque y coincidió en la calificación de los investigadores: «En base a la información de la que disponemos en estos momentos, esto fue un acto de terrorismo, y uno de especial cobardía contra civiles inocentes». Fue cometido con la intención de «romper nuestro espíritu», añadió. Junto a él estuvo el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, que aseguró que todo apuntaba a que el atentado era «obra de un lobo solitario» y expresó, al igual que hizo De Blasio, la necesidad de que los neoyorquinos mantuvieran la tranquilidad y siguieran su vida con normalidad.
Veinte manzanas
También compareció el jefe de la Policía de Nueva York, James O’Neill, que hizo una reconstrucción somera del atentado. Hacia las tres y cuarto de la tarde de este martes, una camioneta de alquiler entró en el carril bici de la calle West a la altura de la calle Houston, una de las mayores vías que cortan Manhattan de Este a Oeste. Desde ahí tomó rumbo Sur, embistiendo todo lo que se le ponía por delante. Esta es una de las zonas de esparcimiento preferidas de los neoyorquinos que viven en los barrios del Oeste, como el Distrito Financiero, Tribeca, West Village o Chelsea. A la salida de la hora de trabajo, el carril, compartido por peatones y bicis, se convierte en una mezcla de pelotón constante de ciclistas que utilizan la vía para volver a casa y de corredores que se calzan las zapatillas nada más dejar la oficina. La hora del atentado no es hora punta de salida para los oficinistas, pero a esa altura de Manhattan siempre está frecuentado. El atacante recorrió unas veinte manzanas y dejó un reguero de cuerpos y bicicletas a su paso.
Víctimas argentinas
Llevaba dos armas falsas con las que disparó antes de estrellarse y ser reducido: una de pintura y otra de perdigones. En algunos vídeos que se volcaron en la web se le ve corriendo entre los coches, desorientado, con una chaqueta deportiva con una franja roja.
Seis de las víctimas fallecieron en el acto, mientras que otras dos murieron en su traslado al hospital. Los doce heridos eran de gravedad, pero su vida no corría peligro. Entre las víctimas mortales figuran cinco ciudadanos argentinos, según confirmó anoche el Gobierno de Mauricio Macri. Los fallecidos son Hernán Diego Mendoza, Diego Enrique Angelini, Alejandro Damián Pagnucco, Ariel Erlij y Hernán Ferruchi y se encontraban celebrando en Nueva York el 30 aniversario de su graduación en la Escuela Politécnica de Rosario.