Un atractivo turístico "no apto para gente con vértigo"

La vía ferrata Pico El Cabrón, impulsada por la junta vecinal de Portilla de la Reina, se abrirá a mediados de mayo con la esperanza de atraer a más visitantes a la zona

R. Álvarez
01/05/2023
 Actualizado a 01/05/2023
viaferrata01-05-2023.jpg
viaferrata01-05-2023.jpg
En Portilla de la Reina, perteneciente al Ayuntamiento de Boca de Huérgano, «los sectores que funcionan son el turismo y la ganadería. De momento no tenemos más», asegura el presidente de la junta vecinal, Raúl Canal. Cuentan con un paisaje envidiable y pastos que tiran de ambos y los hacen viables, pero siguen faltando alternativas. Combaten esta situación con ganas e iniciativa, porque en este pueblo –situado a más de 1.200 metros de altitud y con un censo que no supera las dos cifras– no están dispuestos a quedarse de brazos cruzados. Se han marcado el objetivo de contribuir a un «resurgir turístico de la comarca» y para ello han trabajado en los últimos años en la puesta en marcha de un nuevo atractivo «no apto para gente con vértigo», pero que esperan que guste, que sume visitantes y que esto se traduzca en una mayor riqueza para la zona. Se trata de la vía ferrata Pico El Cabrón, que se presentó hace un par de semanas al público y que quieren inaugurar a mediados del mes de mayo.

La idea surgió dentro del equipo que formaba parte de la junta vecinal anterior, aproximadamente al final de la legislatura pasada, hace ahora cuatro años. Canal recuerda que durante un concejo les presentaron un proyecto para poner en marcha una pequeña vía ferrata con vías de escalada y en un lugar diferente al de la actual y, «como no les dio tiempo a hacerla, nosotros nos encontramos con este proyecto y decidimos ir un poco más allá, hacia algo un poco más ambicioso». De una vía ferrata de 150 metros, apostaron por otra con 500 de cable, de línea de vida, como se le conoce, y también se fijaron en un pico más alto, a 1.450 metros. Cuando empezaban a perfilar esta nueva idea llegó la pandemia y les obligó a echar el freno y, tras ella, hicieron firme su decisión, buscaron al ingeniero que había hecho el proyecto anterior y le pidieron que lo cambiara a la nueva ubicación. Ya habían dado el primer paso y tras él fueron avanzando «poco a poco», sorteando más adversidades de las que les habría gustado.

Canal subraya que esta vía ferrata cuenta en su recorrido con un tipo de roca «muy diferente» al que suelen tener. «Son conglomerados de piedras que en algunos sitios se saltan y en otros están muy duros. Hay diferentes composiciones y por eso llevó hacerla más tiempo del que pensábamos y no se pudo inaugurar el año pasado como teníamos previsto», asegura. Los trabajos empezaron en el mes de julio, a principios, y terminaron entre el 15 y el 20 de octubre tras una inversión de unos 40.000 euros. En ese momento, ya en otoño y considerando el clima en la montaña, pensaron que no era la época más oportuna para abrir la vía. Esperaron y llegó el invierno y les puso un nuevo reto enfrente. La nieve cubrió la montaña y tras el deshielo se dieron cuenta de que había causado varios desperfectos. «Nos rompió el cartel, dobló una puerta, un hierro que estaba en una línea de cascada de hielo se desclavó... Hemos tenido que reparar cosas, pero hemos tomado las medidas oportunas y hemos replanteado ubicaciones», explica Canal.

Ahora, confían en que en mayo puedan empezar a recibir a los primeros aventureros. La presentación les dejó buenas sensaciones y les está llamando mucha gente que quiere hacerla y darla a conocer. No la han inaugurado todavía porque en estos momentos están trabajando en la página web desde la que se gestionarán las visitas, que lleva la propia junta vecinal. «Necesitamos coger rodaje porque somos gente que no controlamos sobre estas cosas y, aunque nos gustaría ponerla en manos de una empresa, hay pocas en la zona. Otras de la provincia están interesadas en hacer actividades aquí, pero no en gestionarla ellas porque les supone un problema en cuanto al desplazamiento», reconoce Canal.

Respecto a la ruta, asegura que «es difícil, requiere unos conocimientos mínimos de escalada o el uso de un guía, de una ayuda suplementaria para aquella gente que no ha practicado la escalada habitualmente». Cuenta con una escalera volada, tramos de K1, K2, K3 e incluso K4, dependiendo del técnico que lo valore, una plataforma volada a modo de mirador a 1.450 metros de altitud sobre el Pico El Cabrón y una senda de retorno también por la roca para que puedan acceder al mirador las personas que no escalen. Además, para aquellos que no se vean capaces de terminar la vía una vez iniciada, hay tres salidas fáciles, una mediante el uso de un cable de sujeción y dos a través de una senda. En cuanto al tiempo, entre una hora o dos se habría completado e incluso menos si quien la recorre es experto.

«Es una vía que sorprende, que es diferente por la roca y desconocida en el mundo de las ferratas, según nos han transmitido y las vistas... maravillan. Se ven desde los Picos de Europa hasta los valles glaciales de Lechada, Valporquero... y permite la convivencia con la naturaleza y con una fauna muy abundante», promete Canal, que incide, eso sí, en un requisito clave: «No es apta para gente con vértigo».
Archivado en
Lo más leído