Un total de 15 voluntarios han participado en la reconstrucción de este chozo. Se trata de construcciones que fueron usadas por los pastores trashumantes con el objetivo de resguardarse de las inclemencias meteorológicas en los altos puertos cantábricos.
En su edificación se usaron piedras para las paredes laterales, maderas para el armazón de la cubierta y escobas como tejado. Su integración en el paisaje resulta de especial trascendencia, dando como resultado una imagen de singular belleza.
Durante dos días se hicieron diferentes tareas hasta dejar la cubierta vegetal del chozo totalmente restaurada, ya que estaba en muy mal estado de conservación.
Cabe recordar que el programa de voluntariado ambiental en los espacios naturales, coordinado por la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, por encomienda de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta, pretende ser reflejo del compromiso altruista y solidario de la sociedad con la protección del medio ambiente.
El objetivo pasa por la apertura de nuevas fórmulas de participación de los ciudadanos en acciones de voluntariado que contribuyan al conocimiento, disfrute y puesta en valor de nuestro patrimonio natural, generando vínculos emocionales y posibilitando actitudes y comportamientos activos, mediante la creación de un tejido social a favor de la recuperación, la gestión sostenible y la divulgación de los valores de nuestro patrimonio natural.
Los beneficios
Entre los beneficios de este tipo de iniciativas de voluntariado ambiental destaca principalmente el de poder alcanzar mayores niveles de protección, conservación y restauración de los espacios naturales.
Además, se pretende apoyar el desarrollo local sostenible y crear vínculos entre la realidad sociocultural de la población rural y la de la urbana.
Finalmente, el programa permite además la implicación de la población local y su participación directa en los espacios naturales.