Las fiestas de la Encina contaron con la tradicional ofrenda floral que este año corrió a cargo del municipio de Torre del Bierzo, una demarcación minera que dejaba ante la Virgen de La Encina sus productos típicos, sin olvidar el carbón. El alcalde de esta localidad, Gabriel Folgado, no pudo escapar del recuerdo de un municipio de atracción de mano de obra de Portugal y Cabo Verde, tiempos que ahora han cambiado por «exportar emigrantes». Diez de los 11 pueblos que componen Torre pusieron ante la Virgen castañas, miel, panes y productos típicos de todos ellos, mientras el alcalde recriminaba a los políticos dejar al sector minero solo «la crisis ha repercutido de una forma despiadada en nuestro municipio ante la indiferencia de quien, pudiendo evitarlo, no lo hizo», criticó el regidor, que, al tiempo, apostaba por abrir nuevas vetas de futuro, como el turismo natural o el Camino de Santiago por el Manzanal «un trazado que está pidiendo a gritos ser reconocido y mejorado por la Junta», dijo. Sobre la mesa, el regidor puso la necesidad de la acción política «porque, mucho me temo que sin la voluntad de nuestros representantes públicos en las administraciones superiores poco podremos hacer», dijo.
«Somos mineros y siempre seremos mineros, más allá incluso de la supervivencia de lo que hoy es nuestro sistema de vida. Pensamos y sentimos como mineros, con humildad y orgullo», enalteció, colocando el carbón a los pies de la patrona del Bierzo «un pedazo de nuestra entraña».
A su reivindicación de acción por el futuro de la mina, Folgado sumó un guiño cultural. Como bercianista, integrante de Coalición por El Bierzo, pidió el regreso de la simbólica Cruz de Peñalba a la comarca para que presida los actos del Día del Bierzo en su próxima edición. «De usted depende», le dijo al consejero de Fomento, Suárez Quiñones.
Identidad berciana
Los festejos incluyeron la reivindicación de la identidad de la comarca «la única reconocida en Castilla y León» en los discursos políticos. Le tocó profundizar en esa petición al presidente del Consejo Comarcal del Bierzo, Gerardo Álvarez Courel que recordó que la comarca ha tenido en su historia «personalidad administrativa propia». Reconocía el presidente que «hacemos las cosas bien, con los pocos recursos de los que disponemos», por lo que pide «confianza» de las administraciones superiores para concretar nuevas cesiones competenciales «porque, además de hacer las cosas bien, la Ley también lo establece», justifica. Álvarez Courel pidió más sensibilidad con la comarca y un apoyo decidido por atraer industrias y crear empleo «esforzándose en la promoción de suelos industriales, en dotar de infraestructuras adecuadas que faciliten el transporte de mercancías...». El presidente pidió directamente a la Junta que «tenga en cuenta el hecho diferencial» del Bierzo en la nueva Ley de OrdenaciónTerritorial«que no debe contradecir a la propia Ley de la Comarca, pidió. Su solicitud final fue de unidad de todas las fuerzas políticas, pero también de la ciudadanía a la que reprochó su falta de respuesta en la manifestación convocada en junio por la Plataforma por el futuro del Bierzo «el apoyo fue insuficiente para una comarca con más de 11.000 personas desempleadas y una tasa de paro que ha llegado a rozar el 30% y, si las cosas no cambian, el problema será aún más grave», augura. Con un «Viva el Bierzo» y un mensaje de esperanza cerró su discurso el presidente antes de la procesión que llevó a la Virgen a la Plaza del Ayuntamiento para compartir ofrenda y liturgia.
