Un escaparate de integración en el Palacio de los Guzmanes

La Feria Medieval que cada primavera -desde hace más de una década- acoge el Palacio de los Guzmanes de León, sede de la Diputación, convierte el vetusto patio de la institución provincial en un escaparate en el que se muestran los numerosas y diversas manualidades que durante todo el año realizan los usuarios de los centros asistenciales que gestiona la entidad.

El mercado que exhibe los trabajos que se llevan a cabo en distintos talleres ocupacionales sirve para dar visibilidad a las personas con discapacidad que residen en el centro Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús de León, el centro ocupacional Cosamai de Astorga y el centro Nuestra Señora del Valle de La Bañeza, cuyos trabajos suponen un pilar básico en el objetivo de integración en la sociedad. Pañitos y tapetes que elaboran algunas usuarios de la Residencia Santa Luisa de la capital también buscan hueco en ocasiones en esta feria social y solidaria.

El presidente de la Diputación, Juan Martínez Majo, cumplió este sábado con la tradición y se vistió acorde para la ocasión, como la diputada de Centros Asistenciales, Manuela García, acompañando así en el atuendo a los residentes y a los trabajadores que hoy revalidaron su papel de mercaderes y artesanos en los diversos puestos instalados en el Palacio de los Guzmanes. Tampoco quiso faltar el portavoz socialista en la institución, José Pellitero, que acudió con el responsable provincial del partido y diputado nacional, Javier Alfonso Cendón.

Majo recordó que la cifra de usuarios de estos centros supera el medio millar y recalcó que la convocatoria sirve “para ver que son personas perfectamente integradas, trabajadores para los que es una satisfacción enseñar y vender sus productos”.

Exhibiciones de oficios y juegos tradicionales contribuyen a crear ambiente en este mercado en el que se pueden adquirir objetos tan variados como zapatillas, jabones, cajas de madera recicladas, chapas, cuadernos, abanicos, bolsas de tela decoradas en estampaciones que recogen dibujos de los usuarios, velas, tablas de cocina, delantales y distintos adornos.

En contraste con el mal tiempo del año pasado, la Feria Medieval pudo esta vez celebrarse en una soleada y calurora jornada que invitaba al paseo y a compartir un año más un escaparate de integración que pone de manifiesto las capacidades e ilusión de los usuarios de los centros asistenciales.

Un grupo de excursionistas procedente de Puertollano (Ciudad Real), algunos peregrinos, turistas de diversa procedencia y varios leoneses, declarados por ellos mismos como fieles a esta cita anual, estrenaron hoy una feria que muestra a los visitantes que el valor de cada objeto que en ella se vende es muy superior a su precio.