El programa ha llegado a más de 75 mujeres en las tres localidades en las que se ha puesto en marcha. A Isadora Duncan han acudido el 43% de las personas atendidas, mientras que la Red Aminvi (Valencia) ha recibido al 38% y la Asociación de Mujeres Madres de Familias Monomarentales B.G. de Vitoria al 19%.
En cuanto al perfil de las usuarias del servicio el 48% son inmigrantes, el 62% miembros de familias monoparentales y el 12% víctimas de violencia de género. Además, de las mujeres inmigrantes atendidas, el 16% estaba en situación irregular. Asimismo, es relevante que el 81% de las mujeres atendidas estaba en situación de desempleo.
No obstante, de acuerdo con el balance final y concerniente al nivel de estudios, la mayoría de las personas que están trabajando tenían estudios primarios, lo que las lleva a querer un certificado oficial que acredite su experiencia, que ese es el fin primero para el que nació esta iniciativa, dirigida por Raquel San Miguel. Precisamente, la directora destaca el "éxito" del programa, que dobló las previsiones iniciales.
Escollos burocráticos
Sin embargo, San Miguel destaca los obstáculos burocráticos como la falta de títulos en los catálogos oficiales –el de alimentación y dietética, por ejemplo– o la falta de convocatorias para obtener la certificación –en Castilla y León no ha habido ninguna en dos años y en comunidades como la valenciana, solo dos en fechas recientes–.
Se está haciendo un esfuerzo para que las mujeres sean copropietarias de explotaciones rurales pero no participan en cursos de certificados A este respecto, la subdelegada del Gobierno en León, Teresa Mata, explicó durante su intervención que harán lo posible por "arrumbar al desván del olvido" las diferencias entre hombres y mujeres en las condiciones laborales y se comprometió a solicitar la revisión del catálogo. No obstante, Mata explicó que las competencias de empleo pertenecen a la Junta, que no atendió la invitación a la clausura de ayer.
Por su parte, la diputada de Cooperación al Desarrollo y Centros Asistenciales, Manuela García, aludió al "largo camino hasta la plena igualdad" y afirmó que no va a escatimar esfuerzos por mejorar la calidad de la vida de las mujeres de "nuestros pueblos", donde, según la fundación, se está haciendo un esfuerzo para que las mujeres sean copropietarias de las explotaciones y, sin embargo, las mujeres no participan en los cursos de para obtención de certificados de fitosanitarios o profesionalidadpor la masculinización del sector.
Por último, la concejala de Familia y Servicios Sociales, Aurora Baza, constató las diferencias en cuanto a las actividades económicas desempeñadas por mujeres y hombres con especial énfasis en sectores altamente masculinizados como la industria.
Por ello, quedó patente la necesidad de poner en valor la capacidad laboral de la mujer en todos sus aspectos y que programas como ‘Cualifícate’ son un buen puente para llegar a este objetivo.