Un punto de inflexión para Sandoval

El Palomar de Pepe y Lola, perteneciente al Monasterio de Sandoval, se salvará de la desaparición tras un acuerdo de cesión entre el Ayuntamiento de Mansilla Mayor y sus propietarios

L.N.C.
23/03/2016
 Actualizado a 17/09/2019
Pablo López Presa, teniente de alcalde, Raquel Cabañas, concejala, Soraya González, propietaria del palomar y José Alberto Martínez, Alcalde de Mansilla Mayor.
Pablo López Presa, teniente de alcalde, Raquel Cabañas, concejala, Soraya González, propietaria del palomar y José Alberto Martínez, Alcalde de Mansilla Mayor.
José Alberto Martínez, alcalde de Mansilla Mayor, ha ratificado el acuerdo de cesión que permitirá salvar los vestigios del antiguo palomar del monasterio de Sandoval, una construcción singular a base de muros de carga de cantos rodados y cal, única en la provincia de León.

El Palomar, propiedad de Soraya González Rebollo, pasará a denominarse Palomar de Pepe y Lola en honor a sus antiguos dueños y en él, el Ayuntamiento pretende consolidar la ruina existente y poner el valor tanto el palomar como el monasterio de Sandoval.

En palabras de Raquel Cabañas, concejala y vecina de Villaverde de Sandoval: “Salvar el Palomar de Pepe y Lola es para nosotros un símbolo de que hay un futuro alternativo a la desaparición de nuestro patrimonio.”

Desde la corporación municipal se ha resaltado la generosidad y amor a su pueblo de personas que, como Soraya, ceden su patrimonio, sin nada a cambio, en pro del bien común.

El Monasterio de Sandoval, situado en Villaverde de Sandoval, fue declarado Bien de Interés Cultural en 1931 y desde entonces ha pasado de administración en administración lo que ha ahondando en un constante deterioro. En la actualidad, la titularidad del monasterio pertenece en su mayor parte a la Junta de Castilla y León aunque existen varias construcciones en manos de propietarios privados y de la Junta Vecinal de Villaverde de Sandoval.

El Ayuntamiento de Mansilla Mayor, llevará a cabo en los próximos meses las primeras tareas de conservación que consistirán en la eliminación de malas hierbas, catalogación de los restos existentes y la señalización del inmueble. El objetivo último, en palabras de Pablo López Presa, arquitecto y teniente de alcalde, es “defender la historia de nuestros pueblos y de paso, despertar concienciasen instancias superiores con muchos más recursos y capacidad que nosotros".

El Palomar de Pepe y Lola, se sitúa al sur del monasterio de Sandoval y su acceso se realiza a través de un camino tras sortear zarzales de gran altura. Una joya olvidada que pronto volverá a brillar.
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