Una casa ‘de consumo casi nulo’ en Villarrodrigo de las Regueras

El proyecto de Raquel Santamarta (Narrarquitectura), finalista en la novena edición de los Premios de Construcción Sostenible

Alfonso Martínez
16/03/2023
 Actualizado a 15/06/2024
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Este jueves se falla en Valladolid la novena edición de los Premios de Construcción Sostenible, cuya entrega estará presidida por el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones.

Entre los finalistas de las seis categorías solo hay un proyecto que está ubicado en la provincia de León. Se trata de una casa ‘de consumo casi nulo’ que ha sido diseñada por Raquel Santamarta, directora de Narrarquitectura. Está ubicada en la urbanización El Caminón –en la localidad de Villarrodrigo de las Regueras – y compite en la categoría de proyectos residenciales unifamiliares.

Se trata de una casa ubicada en una parcela trapezoidal de 626,90 metros cuadrados y tiene su eje principal orientado en dirección este-oeste. El objetivo inicial del proyecto pasaba por encajar el programa funcional de la vivienda y permitir el mayor aprovechamiento de parcela para la ubicación de un huerto o jardín.

El programa de necesidades a desarrollar a petición de la propiedad se adapta a una vivienda para primera residencia desarrollada en dos plantas, compuesta de tres zonas diferenciadas de vivienda, almacén y aparcamiento cubierto. Se completaba con una zona pavimentada exterior y el resto de la parcela se destina a jardín y huerta.

El objetivo primordial impuesto por la propietaria era conseguir una vivienda «saludable», minimizando emisiones y consumo de energía. Su punto de partida era la utilización de la madera como material esencial para la construcción de la casa, en todo lo posible (estructura, cerramiento, pérgolas...), cuestión que debía demás ajustarse a los condicionantes económicos de modo que la ejecución de la obra resultase viable.

Para ello se siguieron estrategias como la disposición de los espacios atendiendo a tanto a la obtención de las vistas, como a la orientación, disponiendo cocina y baños al norte y el resto de estancias habitables a sur y este.

También se apostó por el empleo de la madera de pino como material constructivo principal y por la construcción de marquesinas que evitan las ganancias solares. El proyecto incluyó además el superaislamiento en los cerramientos y una bomba de calor de aerotermia para calefacción y agua caliente, además de un sistema de ventilación mecánica con recuperador de calor.

Se instalaron carpinterías de altas prestaciones con dobles juntas y triple vidrio, además de una barrera de estanqueidad con el objetivo de obtener el mayor control ambiental posible. También se redujo al mínimo la pavimentación de la parcela para ampliar el huerto o jardín, mientras que como material de acabado se utilizó un mortero monocapa blanco que refuerza la volumetría y generar con las sombras una percepción distinta en función de la hora del día.

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