Un grupo de economistas, informáticos y expertos en agricultura y relaciones internacionales se han reunido en una empresa de base tecnológica denominada LegioAgro y que ha nacido entre las aulas de la Facultad de Económicas de la Universidad de León (ULE) para desarrollar su actividad en el sector agrícola. Mario Allende, economista, Tino Delgado, empresario, Sergio Chamorro, agricultor, Miguel Andrés, ingeniero informático y Matthew García, experto en relaciones internacionales, son los universitarios leoneses artífices de LegioAgro y cuyo proyecto trata de impulsar un prototipo para motorizar los cultivos de maíz y remolacha con un sistema que automatiza los riesgos con el objetivo de “producir más con menos recursos”.
A través de este prototipo pretenden optimizar los cultivos de agricultura extensiva proporcionando agricultura de precisión y monitorización lo que reportaría un uso eficiente del agua y un ahorro en costes así como una mayor rentabilidad. Una idea que estos jóvenes emprendedores asientan bajo tres pilares fundamentales: personas, sostenibilidad y rentabilidad. “El producto es un dispositivo electrónico e informático, basado en un sistema embebido con Arduino que proporciona la potencia necesaria para la medición y envío de variables como la humedad del suelo y la temperatura climatológica de la atmósfera”, explica Mario Allende. “Su función consistirá en el envío de señales al sistema de riego, ya automatizado, para una optimización y uso más eficiente del agua”. En definitiva, un sistema alimentado por energía solar que a través de un servidor conecta las diferentes balizas (a través de una enterrada) para crear una red en toda la hectárea y determinar así los niveles de humedad y necesidades híbridas para luego motorizar el cultivo.
La principal y primera variable a incluir será la humedad de la tierra, pudiendo añadir nitrógeno, temperatura, pH, etc. Todos los datos se enviarán a un sistema centralizado basado en la tecnología de Linux, donde se instalarán una serie de sensores que no necesitan ser colocados en lugares específicos, como el sensor de precipitaciones. De esta forma se consigue reducir el consumo de cada baliza y ahorrar en costes de producción a los agricultores. Los responsables de LegioAgro explican que a cada uno de los clientes se le hará un estudio específico y personalizado incluido en la venta del producto. “Se parte de sistemas de información geográfica (S.I.G.) dedicados a la agricultura comercializando sensores de bajo coste. Dependiendo de las condiciones edafológicas y orográficas del terreno calcularemos la posición óptima de colocación de cada baliza. Los datos de los sensores son recogidos y procesados por una Raspberry Pi, que es una especie de miniordenador, que se encarga de controlar la cantidad de agua aplicada del pívot. Después el agricultor podrá controlar todo el sistema desde el móvil”, especifican.
Una empresa tecnológica que optimiza el uso del agua
Nace en León la compañía LegioAgro con cinco estudiantes de la Universidad leonesa
04/05/2017
Actualizado a
16/09/2019
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