Tras el adelanto electoral del pasado mes de julio que supuso dejar aparcada la aprobación de la Ley de Movilidad Sostenible y que incluía la previsión de eliminar servicios ferroviarios en zonas rurales con baja demanda, desde UPL proponen una alternativa que evitaría un nuevo golpe al mundo rural y más aislamiento, y que consiste en la implantación de minitrenes de batería que ya se utilizan en Europa.
En Francia, al parecer con mayor sensibilidad para la vertebración territorial y servicio a los ciudadanos, se están buscando escenarios alternativos, y el proyecto Draisy es una de las ideas más sólidas para la movilidad rural en líneas ferroviarias no electrificadas. El proyecto consta de unos minitrenes de última generación que funcionan con baterías que les proporcionan una autonomía de 100 kilómetros y que se pueden recargar de forma rápida en cada estación que pare el tren.
Este tipo de soluciones consiste en utilizar un material rodante ligero, pues el peso bruto es de 20 toneladas, que no produce desgaste en la infraestructura y por eso reducen los costes de mantenimiento. Tiene 12 metros de largo, aproximadamente como un autobús, y una capacidad para 80 pasajeros. Además podría circular sin maquinista y con una velocidad máxima de 100 kilómetros por hora, que se considera suficiente para trayectos cortos, asimismo se podría utilizar como lanzadera para conectar con nodos ferroviarios más importantes con la red de alta velocidad, según consideran desde el país vecino.
Los estudios que ya se han realizado calculan que la reducción en costes de explotación supondrían un 60% por el ahorro en energía y porque evitaría la ineficiencia del uso de trenes con muchas plazas para pocas personas. El uso de estos trenes permitiría aumentar las frecuencias, que es una queja reiterada en el mundo rural, que muchas veces no disponen de los servicios ni la periodicidad suficientes. El proyecto está liderado por la operadora pública francesa SNCF y la empresa alsaciana Lohr, especializada en nuevas fórmulas de movilidad.