Usuarios de Feve denuncian la "caótica" situación de Renfe

Los pueblos de la Montaña de León critican que la compañía ferroviaria retire trenes sin previo aviso o la falta de información sobre los transportes alternativos

17/05/2024
 Actualizado a 17/05/2024
Imagen de archivo de un tren de Feve en una estación de León. | L.N.C.
Imagen de archivo de un tren de Feve en una estación de León. | L.N.C.

La historia se repite. Renfe continúa usando los mismos métodos fallidos que dejan sin un transporte vital a los habitantes de los pueblos de la Montaña de León. Ya ocurrió un par de veces durante el mes de marzo, pero la situación sigue sin solucionarse y los usuarios de este servicio se encuentran completamente desesperados.

Así lo relata una vecina de Pardavé, Esther Iglesias, quien recoge los testimonios de muchas personas que sufren las consecuencias de los problemas que sigue dando el servicio. «Comencé denunciando que ciertos trenes de Feve nos dejaban tirados sin previo aviso y sin alternativas como autobuses o taxis, pero es que ahora la situación se ha vuelto un completo caos», expresa.

Esther explica que tomó la decisión de marcharse a vivir al campo, un sueño de los de toda la vida, alquilando una casita en esta localidad de Matallana de Torío con la condición sine qua non de que tuviera servicio de tren para poder hacer la compra, ir al cine o simplemente poder manejarse en su día a día porque ella no tiene coche.

«Con esta idea en mente pido a Feve los horarios disponibles y cuando me los enseñaron me parecieron fantásticos, así que seguí adelante con mi plan. Con el tiempo empezamos a tener una serie de problemas prácticamente diarios: la avería de un tren, la ausencia del maquinista por enfermedad… Y todo se traducía en la pérdida del servicio», comenta.

A esta situación, que califica de «sangrante», Esther añade la falta de organización por parte de la compañía para ofrecer alternativas cuando un tren deja de dar servicio. «A lo largo de la tarde empiezan a decir que los trenes no funcionan, pero que van a pagar autobuses y taxis. Y aquí nos surge a nosotros la duda de por qué se empiezan a pagar estos otros transportes, a partir de las cinco de la tarde, cuando no son horas tan preocupantes como los primeros servicios de la mañana».

Grupo de WhatsApp

Para tratar de facilitar la comunicación entre los usuarios, los propios habitantes de los pueblos han decidido crear un grupo de WhatsApp, que ya reúne a más de 200 personas, para ir compartiendo alertas con los cambios que Renfe les comunica «sin mucha concreción». Un grupo que, por muy numeroso que sea, no aglutina a toda la población que se puede ver afectada por estas incidencias.

Siguiendo este método, el pasado 15 de mayo se avisaban sobre cuándo estaban utilizando un taxi proporcionado por la compañía por si, en caso de que hubiera alguna persona esperando en la estación, saliese a la carretera y no perdiese el viaje. «Al menos nos ofrecieron alternativas, al contrario que el lunes 13 que nos volvieron a dejar tirados a todos», acusa Esther tras lamentar que viven con el «correveidile» de si hay taxis o autobuses. «Así es nuestra cotidianidad, es una locura sufrir cada día esta incertidumbre», critica.

Aun así, esta vecina de Pardavé se conforma con una solución bastante simple, reducir el número de servicios, eliminando los menos concurridos, pero que aquellos que se sigan llevando a cabo dejen de dar problemas. «Si a Renfe le parece que, por ejemplo, 15 viajes al día son muchos, pues que deje 10, pero que los cumplan. No nos pueden decir que se suspende un viaje porque un maquinista se ha puesto malo, hay que ser serios», explica.

«En los siete meses que llevo aquí a mí Renfe ya me ha dejado tirada dos veces. La primera fue a finales de invierno y la segunda hace poco, el lunes 13 de mayo. Durante la de invierno, con un frío terrible, en vez de poner un autobús o un taxi, nos dijeron que esperásemos al siguiente tren, que pasaba una hora después, no tenía sentido». Añade, además, que la mayoría de usuarios que viaja en ese tren son trabajadoras del servicio doméstico, es decir, personas que, si no llegan a cuidar de los niños o de los mayores, quienes las contrataron tampoco podrán acudir a sus puestos de trabajo. «Si nos dejan tirados también repercute a terceras personas, por no hablar de citas en el médico o en administraciones públicas, que la gente a las ocho de la mañana (cuando pasa el primer tren) no sale a tomar cañas por León», ironiza.

«Cuando me di cuenta de que nos dejaban tirados, llamé a Madrid y a Miranda de Ebro, porque en León me dijeron que ellos no tenían potestad en nada», continúa. «En Burgos me respondieron que León no tenía ni trenes ni autobuses y que no podían llamar a nadie. Pero sí podían haber pedido taxis que nos reagruparan a todos, lo que pasa es que no quisieron», valora Esther.

Debido a las obras para mejorar la línea de Cercanías de Ancho Métrico entre León y Guardo (una actuación licitada por 354.060 euros), Renfe tenía planeado habilitar un servicio por carretera a partir del 13 de mayo, pero tuvo que retrasarlo hasta el 20 de este mismo mes  motivado, según declaró la propia compañía ferroviaria, por la falta de disponibilidad de conductores de autobuses en el sector.

En principio, la compañía prestará su servicio con autobuses y microbuses en todas las frecuencias actuales (16 de ida y 15 de vuelta entre semana), ya que los trabajos que va a realizar Adif en la infraestructura no son compatibles con la circulación de trenes. Según avanzó Renfe, este servicio busca facilitar que los viajeros lleguen a su destino «sin alteraciones horarias con respecto a las frecuencias habituales del tren».

«A partir del día 20 nos van a poner un servicio de autobuses por las obras de modernización, que me parecen estupendas, pero esperamos que la compañía con la que contacten no nos deje tirados como han hecho ellos en tantas ocasiones. Lo único que queremos es que nos traten con respeto», remacha esta usuaria de Feve.

Además, Esther se muestra encantada de vivir en un entorno rural, siempre y cuando la movilidad no sea un problema que le condicione en su día a día. «Si podemos vivir en estos trocitos de la montaña de León es porque tenemos un tren que nos comunica con las ciudades. Pero si siguen así van a hacer inevitable marcharse a los pueblos. La montaña de León es una belleza, una maravilla de lugar, pero está alejada de la mano de dios. No pueden gestionar así un servicio vital para la zona», sentencia la portavoz de los vecinos de Pardavé.

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