Vallecillo, sin embargo, presenta en la actualidad una radiografía que invita al optimismo, con cifras que para sí quisieran muchos pueblos de la provincia, de la comunidad y de toda España, empezando por su vecina Villeza, que de 90 vecinos se quedó en la mitad... y ahí sigue.


De cómo está diseñada la estructura del sistema educativo en lo que a horarios y cercanía se refiere no plantea reparos pero sí reclama mejoras sanitarias y de transporte. “Lo que nos hacen falta son servicios, un buen centro de salud cerca, con más días, por ejemplo, de Pediatría (actualmente son dos a la semana en Sahagún) y el transporte le parece básico. “¿Me dices que voy a Madrid en hora y media y un señor de mi pueblo no puede ir a León al médico? Teníamos tres días de transporte a la demanda (los viernes y sábados) y tenemos dos. Cuando yo era pequeño pasaba un servicio regular a León que ahora pasa dos días a la semana a las 10 de la mañana. ¿Qué creen, que vamos de turismo? A esa hora no da tiempo a nada”, protesta.
Sobre las posibles consecuencias de las medidas de reordenación del territorio se muestra cauto. “No sé, porque no sé cómo va a funcionar. El problema no es si pongo aquí o aquí si no si hay dinero para ponerlo aquí o aquí. No hablamos de distribución... si Sahagún está más cerca de Palencia que de León”.
La vivienda
Ahora que, ironiza, “todo son estrategias”, a este alcalde al que le parece “el colmo” que la mayoría de los regidores del mundo rural no vivan en sus pueblos -en la comarca de Sahagún asegura que eso ocurre en el 70 por ciento de los casos- y a pesar de que se lleva décadas hablando de despoblación, hay medidas que ve sencillas de aplicar y que resultarían efectivas.

Los propietarios no quieren desprenderse de sus fincas y a base de mucho papeleo y más empeño logró que el Ayuntamiento pudiese comprar unos solares que se van a ofertar para que la gente se construya sus casas; en concreto tres de tipo unifamiliar. Asegura que hay demanda y reitera que la vivienda en el mundo rural es un problema. “La única forma que es haya suelo donde poder construir y que la gente venda sus casas. Ésta de aquí enfrente lleva cerrada 15 años; igual vienen un día en el verano y la abren”, apunta.
A las administraciones competentes, después de que nunca llegasen las viviendas públicas que afirma que le prometieron, les pide “que si un ayuntamiento tiene solares o se puede hacer con suelo público, nos den facilidades, que nos dejen maniobrar un poco para poder incluso regalar los terrenos a gente que quisiera vivir aquí”.
“Incluso mucha gente que no trabajase aquí viviría en los pueblos si hubiera servicios suficientes. No quiero que todo esté en mi municipio pero sí que haya servicios de calidad próximos”, es una de las opiniones que lanza y alude también a la posibilidad de reducir la carga impositiva a los habitantes del medio rural. “No quiero menos impuestos por vivir en el pueblo; no quiero ser un animal de zoológico, que es en lo que están convirtiendo los pueblos... en pequeños zoológicos. Nos vienen a ver en Navidad y en verano la gente de fuera y a vivir con nosotros, no a convivir”, asevera.
Después de décadas con el debate de la despoblación en las agendas de las administraciones y de los políticos, este alcalde del noveno municipio con menos habitantes de la provincia leonesa, que en cierto modo puede presumir de una realidad casi privilegiada, deja un mensaje para quien quiera escucharlo, con la premisa de una buena oferta de servicios, destacando la vivienda, como indispensable: “Estamos todavía a tiempo. Los pueblos tienen solución”.