Según diversas fuentes consultadas, la vigencia de esos compromisos habría finalizado hace meses dejando total libertad en la gestión del personal Desde que la multinacional de aerogeneradores danesa se convirtiera en la primera empresa en afincarse en el polígono de Villadangos del Páramo ha recibido ayudas millonarias del sector público.Empezando por el suelo industrial que, según fuentes municipales, se le cedió gratuitamente y que en su día podría alcanzar un valor de al menos medio millón de euros. En 2007 la Junta concedía una ayuda de 610.759,10 euros, en julio de 2009 otra de 2.455.528,75 euros y menos de tres meses después se publicaba la concesión de una nueva ayuda de 1.256.528,15. Ese mismo año, una subvención dentro de los incentivos regionales superaba los doce millones de euros para que la firma acometiera una inversión de casi 50 millones. Además de estas ayudas, publicadas en el boletín oficial, se suman ayudas puntuales que gozan otras empresas para proyectos o piezas específicas o para la contratación de personal.
Financiación que si bien va ligada a la producción procede del presupuesto de las Administraciones públicas y va ligado a compromisos en el empleo por parte de los receptores. En el caso de Vestas, según diversas fuentes consultadas, la vigencia de esos compromisos habría finalizado hace meses dejando total libertad en la gestión del personal.
A China
El lugar al que ahora interesa a Vestas llevar la producción es a China, a fábricas a las que se han desplazado trabajadores de la propia factoría de Villadangos del Páramo para formarles en la producción. Sin embargo, por el momento, según apunta fuentes de UGT, la empresa no cerrará completamente la fábrica leonesa por si pudiera haber algún problema que requiera retomar la producción en Villadangos, uno de los centros más avanzados de la compañía con capacidad para construir buena parte del catálogo de la multinacional. Valga como ejemplo el proyecto del V-164, una de las turbinas más grandes del mundo –dobla el diámetro de la noria de Londrés–, en el que un retén leonés estuvo formando a personal danés para su puesta a punto. Es decir, Vestas cuenta en León con un importante capital humano que parece no tener el mismo peso que el capital financiero a la hora de la deslocalización.Por su parte, la Administración no ha logrado por el momento ofrecer soluciones que logren retener a la firma, uno de los motores fundamentales de la economía leonesa. Los trabajadores están a la espera de una reunión con la Consejería de Industria –acostumbrada en otras provincias a este tipo de conflictos laborales con multinacionales industriales– y por el momento la única medida concreta que se ha ofrecido a la plantilla es remitir la crisis a la Fundación Anclaje. Mientras tanto los trabajadores inician este jueves una campaña de movilizaciones que esperan que despierte el interés de toda la sociedad.