‘Abusos en la Iglesia: comprender, reparar, prevenir’. Ese fue el título de la conferencia que este jueves acogió el Museo Diocesano y de Semana Santa de León a cargo de Miguel García-Baró, coordinador general del proyecto ‘Repara Madrid’, y Lidia Troya, responsable de primera acogida y coordinadora de atención. El principal objetivo, según explicó García-Baró antes de la charla, fue «sensibilizar a la gente y que comprendan que las víctimas de abuso dentro o fuera de la Iglesia arrastran un dolor y unas heridas dificilísimas de recuperar. Son casos de una terrible crueldad», dijo. Por ello, durante la conferencia utilizaron como ejemplo distintos testimonios de víctimas y de gente que ha conseguido pasar de ser víctima a ayudar a otras, «a ser escucha de sus duelos», algo que señaló que no es exactamente «síntoma de una curación total» –porque dudó si eso se puede conseguir– pero sí lo es, en todo caso, de una «recuperación extraordinaria».
La encargada de presentar estos casos fue Lidia Troya como responsable de primera acogida. García-Baró remarcó que la figura de quien hace la recepción de una víctima «es de una importancia enorme». «Tiene que estar muy bien preparada y tiene que ser una persona de mucha sensibilidad y ese es el caso de Lidia Troya», aseguró. Ella, sobre todo, aportó su experiencia, mientras que Miguel García-Baró expuso «las ideas generales que nos han guiado, los propósitos últimos, cómo combinar la formación con la prevención o cómo se debe acompañar a cualquier víctima con consejos que también pueden ser jurídicos», aunque reconoció que no es lo que más pide quien acude al proyecto ‘Repara’. «Lo que más piden las víctimas es ser oídas y ser creídas. Que nos digan que cuando quieren denunciar sufren más que con el propio abuso es algo intolerable», explicó.
El proyecto ‘Repara Madrid’ es un grupo que creó el arzobispado de Madrid hace casi seis años y que «está funcionando precisamente para recibir víctimas». Tal y como señaló el coordinador general, lo «peculiar fue que desde el primer momento el proyecto se abrió a víctimas tanto de dentro como de fuera de la Iglesia». Por lo tanto, consideró que es un «servicio abierto a toda la sociedad, gratuito, caritativo en la medida de lo posible y también con toda la pericia posible». Hay psicólogos, escuchas de duelo, algún jurista –canónico y no canónico–, han formado grupos de docencia, grupos de sensibilización y también se ha puesto en marcha una «especie de máster» que ahora mismo no está funcionando por problemas informáticos pero que se puede hacer a distancia con una formación bastante completa, destacó.
75-80% de fuera de la Iglesia
En estos seis años de trabajo han atendido a aproximadamente un centenar de víctimas por año, la mayor parte de abusos intrafamiliares o cometidos por personas cercanas, de modo que «alrededor de un 75-80 por ciento del total son de fuera de la Iglesia». García-Baró informó de que todos los ejercicios, en enero o febrero, publican un informe completo de lo que ha ocurrido, del tipo de personas que han acudido...» y que cuentan con lista de espera. «Estamos un poco desbordados en Madrid y por eso es tan importante que se reproduzca este modelo en otros lugares y que vayamos reuniendo fuerzas y dinero que puedan ser efectivos en muchos otros sitios».
‘Repara León’
En la provincia leonesa ya se ha creado uno de ellos. ‘Repara León’ lleva funcionando más de tres años, aunque reconoció no conocer su funcionamiento «al detalle». «Cada vez más vamos a ir tendiendo puentes y compartiendo experiencias de unos y otros y ayudándonos mutuamente. Queremos ver qué problemas han surgido y cómo están funcionando por si podemos aportar algo», confesó.
"Iglesia limpia"
En el caso de las víctimas de abuso por parte de algún eclesiástico o dentro de una institución eclesiástica advirtió que es «absolutamente fundamental que puedan ver el verdadero rostro a la Iglesia limpia, a la iglesia buena, porque en muchos de esos casos el abuso sexual lleva a que se rompa toda relación posible con Dios». Así, pretenden «que vean, porque lo están deseando muchos, el verdadero rostro de lo que ellos pensaban que era realmente una Iglesia cristiana» y no solo la parte que les ha «defraudado».
Este trabajo lo llevan a cabo «exclusivamente por la verdad y por la justicia y no para lavarle la cara a ninguna institución». «Lo único que nos guía en esto es que hemos tenido que tener por nuestra propia experiencia una idea muy clara del dolor de las víctimas y que creemos que todo lo que se haga por ellas nos parece poco. Podrían desconfiar de nosotros, pero es muy importante que se muestre un rostro de limpieza, porque si no, no se hace nada», insistió.
Perdón del arzobispo de Madrid
García-Baró habló también del acto de reparación a las víctimas de abusos que tuvo lugar el lunes en Madrid y en el que el arzobispo pidió perdón a todas ellas. «Fue extraordinario, porque no solamente era pedir perdón otra vez, sino que fue un acto de acogida, de lectura de testimonios, un acto penitencial y un compromiso público de la Iglesia de Madrid», subrayó.
Se hizo hincapié en la importancia de no pasar página, de que lo que se pretendía no era «librarse de un problema y hacerlo cuanto antes» y apuntó que «si antes se ponía mucho el acento en el que había cometido el pecado, que no era solo un pecado, sino un crimen, y se dejaba un poco a la víctima al margen ahora esto debe cambiar por completo». «El tema es desagradable y triste, pero hay que crear esperanza también con estos temas tan duros», pidió García-Baró a modo de cierre.