Viernes Santo de pasión y muerte

Un año más, León ha vivido el momento más álgido de la Semana Santa. Minutos antes de las diez de la mañana, ante miles de devotos y bajo un sol que hacía tiempo que no acompañaba a la procesión de Los Pasos a su llegada a la Plaza Mayor, San Juan y La Dolorosa se han encontrado en presencia del Nazareno, el acto más significativo y destacado de la Pasión leonesa que cada mañana de Viernes Santo convoca a miles de personas.

Este cortejo que organiza la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno salía a las 7 y cuarto de la mañana de la iglesia de Santa Nonia y tiene prevista su llegada en torno a las cuatro de la tarde tras recorrer las calles del casco histórico de la ciudad.

Más de 4.000 papones y 13 pasos recrean los momentos principales de la Pasión. Tras pasar por la cuesta de las Carbajalas, el paso de San Juan se ha desviado del cortejo por la calle Juan de Arfe para acudir a su encuentro con la Dolorosa.

Los pasos han ido entrando en el ágora leonesa dejando sitio para el Nazareno en el centro de la misma, testigo de excepción del encuentro entre la Virgen y San Juan.

El Sermón ha puesto el acento religioso al acto en el que San Juan va a ver a la Madre para confortarla y enjuagar sus lágrimas antes de encontrarse a su Hijo en la calle de la Amargura. San Juan ha realizado la reverencia ante la Dolorosa, con los braceros rodilla al suelo, mientras el resto de los pasos eran mecidos a hombros.

El tradicional acto de El Encuentro ha concluido poco después de las diez con el sentido aplauso de los presentes que abarrotaban la Plaza Mayor de León.