La alternativa, una feria «gourmet virtual» en la que participan restaurantes de Veguellina, de Hospital e incluso de la capital leonesa, que elaborarán platos degustación con este producto como protagonista, y si funciona y quieren, podrán incorporarlo a la carta.
Pero eso solo es el primer paso de un proyecto que lleva detrás ocho meses de trabajo. Y es que, la segunda parte consiste en convertir este tipo de ajo en ajo negro, que conlleva un proceso de fermentación controlada durante 30 días a 65 grados, y humedad de 85.
Dado que, según los impulsores de esta iniciativa, es un «proyecto de todos», porque en él quieren involucrar a toda la provincia, en su momento se convocará una mesa de trabajo con los ayuntamientos de Santa Marina del Rey –otra de las caras visibles de este producto en la zona–, Villares, Fresno de la Vega y la Asociación de Productores Ecológicos de León, para preparar la siembra de este producto para las ferias del próximo 2021. Asimismo, se reunirán con representantes de la Junta de Castilla y León y la Diputación de León, para solicitar una subvención para la próxima compra de bulbos.
Mencionar que para su puesta en marcha cuentan con un jefe de producción, el agricultor Anselmo Fernández, que durante la presentación de este producto explicó que para el proyecto piloto se utilizaron 300 unidades. También apuntó que el proceso de cultivo de este producto es similar al del ajo tradicional, pero cambia en su sabor, y, por supuesto, el tamaño.
Sobre el producto
El ajo elefante o aja es originario de Europa y Asia Central, aunque algunos lo sitúan en Chile. Sus características son: un mayor tamaño que el puerro o el ajo común, con hojas anchas y largas y un bulbo que puede alcanzar los 10 centímetros. Su cabeza suele estar formada por cuatro o seis dientes y su periodo vegetativo suele rondar los 200 ó 240 días. El ajo elefante tiene un sabor más suave que el tradicional y se puede consumir en crudo o cocinado. Combina bien con carnes, ensaladas, sopas y pescados.