Los ciclistas se reúnen cada año, desde hace 20, en el pueblo de montaña de Ferradillo, en Priaranza del Bierzo, a donde van en bicicleta. García es ciclista también y, según uno de los afectados que no quiere dar su nombre por temor a represalias «nos estaba esperando ofreciéndonos el roscón. Yo hasta me enfadé porque no lo quería comer y casi te lo metía en la boca».
Él fue uno de los que no probó el roscón, pero el resto de sus compañeros, que en total completaban cinco miembros de ese club, si lo hicieron. La celebración siguió con el consumo de las viandas que cada uno de los clubs portaba «nadie desconfía de que te den a comer nada raro y nadie dijo lo que llevaba el roscón» reconoce la pareja del más afectado y directiva del club, Eva González.
Pero al rato comenzaron las afecciones «hay que tener en cuenta que somos gente deportista, sana, que nunca habíamos tomado este tipo de sustancias». De todos modos, aseguran que García seguía invitando al postre sin informar de lo que contenía. Así las cosas, su pareja comenzó a encontrarse mal y también un compañero de 63 años «tenían mareos y mi pareja comenzó a tener convulsiones y una bajada de tensión brutal». Antes había pedido que le llevaran al hospital y fue cuando comenzó aescucharse que el roscón llevaba marihuana y «le quisieron quitar importancia diciendo que se les pasaría en una hora, que esperaran».
Pero, otros ciclistas comenzaron a tener taquicardias y alucinaciones y finalmente, recuerda González, se llevó a los dos más graves en la pick-up del Ayuntamiento de Toral, que se había utilizado para subir enseres al pueblo, a Ponferrada «aunque en principio los iban a llevar a casa, mi pareja perdió el conocimiento y los llevaron al Hospital. Allí lo encontré con parálisis facial. También le afectó a piernas y brazos y había otros con alucinaciones».
A lo largo de la tarde noche, en lugar de estar con sus familias celebrando la salida del año, estuvieron depurando qué llevaba aquel postre «la mujer del hombre de 63 años llamó a Sergio para que le dijera qué llevaba, porque los médicos estaban esperando a hacerles una prueba de orina para tratarles y ellos no podían orinar».
Incluso, recuerda el otro de los afectados que un médico les pidió que le contaran lo que había pasado, pensando que eran conscientes de lo que habían consumido «y nos dijo que si no le decíamos la verdad que se la tendríamos que contar a la policía».
Finalmente fueron atendidos cuatro ciclistas por la intoxicación y, pese a que según los afectados, se requirió a García a que se presentara en el centro para exponer lo que llevaba el roscón, eso no se produjo «y es el último contacto que hemos tenido con él. No nos ha llamado para saber qué tal estamos y va dando una versión de las cosas que no es la correcta», lamentan.
«Nosotros lo único que sabemos es que fue él quien nos ofreció el roscón, no quién lo cocinó, pero lo que está claro es que a la gente no se le dijo lo que tenía». «Pudo ser muy grave», apuntan, con accidentes de vuelta a casa incluso, hasta el punto de que sus repercusiones continúan. González respondía a las preguntas de este medio saliendo del centro hospitalario con su pareja «desde entonces tiene agotamiento y no se encuentra bien», apunta. «Si alguien consideró que esto era una broma no lo es», dice y lo peor es que saben que este tema se ha querido tapar.
De hecho García, en respuesta a este medio, ha querido restar importancia a lo ocurrido «realmente no pasó nada, lo que pasa que se está intentando aprovechar para hacerme daño políticamente, pero no hubo nada y no voy a intentar aclararlo, porque cada vez que lo hago parece que me están crucificando».
El teniente de alcalde no aclaró la procedencia del roscón y sí lamentó que la prensa se fijara en este tipo de sucesos. Los afectados lamentan que solo le preocupen las consecuencias políticas «siento que le afecte a nivel político pero tal vez debería haberse comportado acorde con el cargo que tiene y no como un niño de 15 años», dice González.
Los afectadosesperarán a conocer si el hospital, al dar aviso a la policía municipal, que siguió el tema, tome medidas legales «nos sabemos muy bien cómo encauzarlo, pero creemos que esmuy grave». Por el momento, lo que tienen claro, es que la tradición ciclista de celebrar el fin de año en Ferradillo se ha acabado para ellos.
CB pide su dimisión
Aunque sin dejar clara la intervención directa en la intoxicación, Coalición por el Bierzo en Toral considera que García no debía haber implicado al Ayuntamiento, con su colaboración, en una fiesta «en la que se repartieran drogas» y, de haberlo sabía, tendría que haber mediado, por lo que piden su dimisión y anuncian que presentarán preguntas al respecto en el próximo pleno.Además, el alcalde de Priaranza, José Manuel Blanco le invita a que estos actos los haga en su municipio y lamenta «el ejemplo que un representante público como él está dando a la ciudadanía al excusar lo ocurrido».